Pablo Brolman es un veterano ingeniero que laboraba en la Refinería de Amuay, despedido durante el paro petrolero, y su trabajo consistía en parar parcialmente la refinería de Amuay dos veces al año, para hacer los trabajos de mantenimiento.
Anualmente era requerido por refinerías de cualquier parte del mundo para efectuar maniobras similares. Desde el año 2002 la refinería no recibe el mantenimiento mínimo que requiere una instalación de esa importancia y Amuay, en conjunto con Cardón constituyen el complejo de refinación más grande del mundo, con una capacidad de refinación de 940 millones de barriles de crudo diarios, según información de Pdvsa para el año 2011.
Pablo es un experto venezolano en esta área y desde Arabia Saudita me reenvía esto: “Las válvulas de gas ya presentaban fallas. Esta situación de Amuay se repite a poco más de un año de otra explosión parecida que evidenció la falta de mantenimiento al producirse –también- una fuga de gas.
No son políticos, son expertos
Otro ingeniero venezolano, Gustavo Adolfo Benítez Guevara, ahora radicado en Colombia es ingeniero en seguridad e incendios, investigador de accidentes e incendios certificados, con sólida y extraordinaria experiencia en la industria petrolera venezolana.
Me escribe y al mismo tiempo me autoriza, responsablemente, a divulgar esta información, y quedo a la orden para cualquier consulta técnica, en caso de que exista duda.
Ambos son expertos en esta área, no son agentes de la CIA ni del imperio, son venezolanos de dilatada trayectoria que conocen su trabajo y saben lo que en realidad ocurrió.
Me explica Benítez que ante la tragedia ocurrida en Venezuela, “con todo respeto e intención profesional, doy una breve explicación sobre la infraestructura que debe conformar los sistemas de Protección Contra Incendios en la Industria Petrolera, y como se disponían en la PDVSA en la que presté servicio durante 25 años.
Los diseños y montajes de estos equipos se hicieron cumpliendo ‘estrictamente’ los señalamientos de los Códigos, Normas Internacionales y otros como la NFPA, API, EXXON, así como las Normas Venezolanas COVENIN.
Bitácora técnica
Bajo la premisa señalada, todos los equipos, estructuras y tanques de almacenamiento de las instalaciones de Petróleos de Venezuela S.A., fueron protegidos utilizando técnicas y elementos de vanguardia con pruebas y certificaciones de funcionamiento; haciéndose énfasis en la confiabilidad, dada por las pautas periódicas de mantenimiento y los tiempos de vida útil de cada uno de los componentes de estos sistemas.
Las redes de agua contra incendios, para cada refinería e instalación petrolera Venezolana, fueron estrictamente diseñadas, tomando en cuenta todos los aspectos que caracterizaban a cada instalación, y bajo la premisa de poder controlar y extinguir el evento de mayor magnitud, como lo establecen múltiples códigos y normas internacionales; ello para asegurar la capacidad de respuesta y atención de cualquier evento adverso, asegurándose la reducción de cualquier emergencia en corto tiempo, y la continuidad operacional de la industria.
Estas disposiciones surgen de los ‘análisis de riesgos y vulnerabilidad’ que los ingenieros y expertos hicimos en su momento, integrados en comités técnicos con profesionales de alto desempeño.
Para las esferas de gas (consideradas, si los incendios se salen de control, como uno de los eventos de mayor magnitud), fueron protegidas con sistemas de respuesta “alternativos y altamente funcionales”. Para las mismas, de manera individual se dispuso una respuesta automática primaria con sistemas Water Crown y rociadores, calculados con ratas de enfriamiento adecuadas a cada unidad. Si estos equipos no actuaban, se disponía de monitores de agua fijos, sobredimensionados en caudal, y, operados a control remoto (para evitar la exposición de operadores y bomberos).
Estos equipos siempre fueron probados en sus parámetros de caudal, presión, resistencia térmica y todo lo que la ingeniería en protección contra incendios establecía. En oportunidades se comprobó su eficacia y eficiencia ante eventos reales, en muchos de los cuales me tocó investigar, pero sin consecuencias mayores porque los recursos cumplían con lo esperado. También dispusimos en todo en el entorno de estas instalaciones instrumentos detectores de inflamabilidad, para detectar cualquier fuga y accionar la alarma y la respuesta automática, si ocurrían estas situaciones. Estos sistemas permitían confinar el material peligroso al contexto operacional, sin peligro para las poblaciones del entorno.
¿Qué pasó en Amuay?
Los mencionados sistemas o equipos también fueron instalados y probados en la Refinería de Amuay. Con un buen programa de mantenimiento preventivo y predictivo. Si esto se cumplió los mismos debieron funcionar al ocurrir cualquier fuga inicial de gas. Pero… ¿funcionaron…?
Inicialmente ocurre un fenómeno denominado UVCE (Unconfined Vapor Cloud explosión) que debió activar los detectores de inflamabilidad y dar apertura al “agua de confinamiento y mitigación” ante una presencia de gas. Ese gas, más pesado que el aire, se mantuvo a nivel de piso, desplazándose hasta una fuente de ignición, o ignitándose por estática. Allí deflagra y produce el fuego inicial. Ese fuego incide sobre una esfera de gas dando lugar a otro fenómeno llamado ‘fluencia’ (deformación del acero estructural, fragilizándose), simultáneamente, el recipiente de gas se ve afectado por otro fenómeno denominado ‘BLEVE’ (Boiling Liquid Expanding Vapor Explosion). Esta explosión es ‘altamente devastadora’ en un radio de 600 a 1000 metros, dependiendo del poder detonante y la carga calorífica… el resto es historia…
Debo ser contundente en mi opinión y dar explicación profesional, porque considero que muchos venezolanos lo requieren en este momento… Soy un experto con muchísimas vivencias y experiencias en esta materia, conozco todas las áreas y operaciones de Pdvsa, y por ello no se me puede engañar.
Mensaje a Hugo Chávez
Tal y como se lo anuncié, llegó la hora: Las clínicas privadas se le rebelan al Gobierno. Allí tienen montada la trampa. Con la unidad de preparados, por solo citar un ejemplo, convierten una ampolla de antibiótico que vale 50 Bs. la diluyen en 125 ml de solución (Bs. 15) le ponen un papel aluminio y 1 etiqueta (Bs. 5) y la cobran en Bs. 350. He allí el detalle, es decir más del 500%. Ahí te la dejo Hugo Rafael, como a ti te gustan para que le hagas swing, papita. ¿Tú me vas a decir, Hugo Rafael, que tú no sabes, esto? Pregúntale a tu ministra de Salud, o a los viceministros del despacho y oblígalos a que te digan la verdad. En reunión celebrada en fecha 30 de agosto en la sede de la Policlínica Metropolitana con la participación de representantes de varias clínicas de Caracas integrantes de la AVCH, la mayoría de los asistentes coincidieron en la posición de no notificar a la SUNDECOP los costos y precios de los medicamentos, alegando que a final de cuenta, la sanción por la falta de notificación que prevé la Providencia, es la prevista en el artículo 44 de la Ley de Costos y Precios Justos, a saber una multa de quince (15) salarios mínimos urbanos, que se la sacarán a cualquier paciente que ingrese con una dolencia. Por eso es que aquí debe haber Chávez para rato.
A CALZÓN QUITAO
Wilmer Suárez