Tres días se cumplía ayer de la muerte del pequeño, John Cailo Luque, de 5 meses de nacido y su cuerpo permanecía en la morgue del Hospital de Niños JM de Los Ríos. El bebé murió por causas naturales, cuando dormía en su vivienda ubicada en el barrio Los Erasos, en San Bernardino, pero a falta de una denuncia no había quien se hiciera a cargo del traslado para practicarle la autopsia en la morgue de Bello Monte.
Daidelia Luque, madre del lactante estaba sin palabras, desesperada. Desde que encontró el cuerpecito de su hijo, la mañana del primero de enero, atrapado entre el colchón y la baranda del corral donde dormía, ha dado tropiezos tratando, primero de llevarlo a un hospital y luego, que alguien sacara al bebé de ese lugar para enterrarlo.
En vista de que la muerte del niño se produjo en su vivienda, tenía que ser sometido a un informe forense que certificara la muerte. En el hospital hicieron el llamado a la morgue de Caracas, allí les dijeron que una furgoneta iría por él en el transcurso del día, pero hasta ayer el cadáver seguía en el centro asistencial.
La mujer contó que la noche del 31 de diciembre, acostó a sus tres hijos a dormir. El bebé quedó en el corral donde siempre dormía. Al amanecer, cuando las 6:00 de la mañana, ella fue por el tetero para alimentarlo pero no lo vio sobre el colchón, hasta que revisó por los lados y halló su cuerpo.
Luque pidió la ayuda de vecinos sin éxito. De igual forma fue a la sede de los bomberos, frente al hospital de Clínicas Caracas, donde se negaron a llevarlo porque estaba muerto. Unos uniformados de la GNB que prestaban seguridad en la avenida, se desentendieron y fue cuando la mujer, tras una larga espera, salió con el cadáver en brazos y en una moto lo llevó al JM de Los Ríos, a la 1:00 de la tarde.
Los médicos de guardia le dijeron que el niño había muerto aparentemente a consecuencia de una asfixia mecánica. No obstante, la causa de muerte debía ser certificada por un forense. Así, la mujer se sentó a esperar que llegara la furgoneta para trasladar el cuerpo a la morgue, pero este jueves decidió ir ella misma a exigir que le dieran respuesta.
En la morgue de Caracas la atendieron con evasivas. Gritando desesperada salió de la sede de medicina legal, reclamando que el cadáver de su hijo, “un bebecito de apenas 5 meses”, estaba “pudriéndose” en el hospital. “Yo lo quiero es que me entreguen a mi hijo para enterrarlo”, decía.
AA /La Voz