La policía identificó a las víctimas como Júnior Antonio Rivas Terán, de 20 años de edad y Ángelo David Marino Lazo (22), quienes murieron de manera inmediata tras recibir múltiples disparos
En los brazos de su madre murió uno de los dos jóvenes tiroteados en horas de la noche del pasado lunes, en la vereda 4 (callejón de Los Evangélicos) en el sector El Dividive de Charallave. Al sitio se presentaron comisiones policiales y efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de los Valles del Tuy.
Pudimos conocer que los infortunados fueron identificados como Júnior Antonio Rivas Terán, de 20 años de edad y Ángelo David Marino Lazo (22), quienes murieron de manera inmediata tras recibir múltiples disparos.
La versión policial señala que los ahora occisos fueron atacados por sujetos desconocidos. Los extraños al parecer sostuvieron una discusión con Rivas Terán y Marino Lazo contra quienes dispararon cuando el impasse pasó a mayores.
“Cierra la puerta”…
La madre de Rivas Terán contó a la prensa que su hijo, quien el pasado lunes había comenzado a trabajar en la empresa Farmatodo, ubicada en la zona industrial Río Tuy de Charallave, llegó a su casa cerca de las 4:00 de la tarde. El joven se duchó, comió y se sentó frente al computador a jugar y a descargar varias canciones. A eso de las 7:30 pm fue llamado en la puerta de su vivienda y atendió a la solicitud.
“Mi hijo salió de la casa y como a los 20 minutos regresó bañado en sangre gritando ¨cierra la puerta¨, ¨llévame a un hospital; no me dejes morir¨, y al ratico me dijo ¨mami te amo¨ y murió”, contó la atribulada mujer en las afueras de la Medicatura Forense del Tuy, la mañana de ayer.
El jovencito, según su progenitora, estudiaba tercer semestre de Construcción Civil en la Unexpo de Charallave. Era el mayor de dos hermanos.
Las autoridades esperan que los familiares de Marino Lazo acudan a la morgue en las próximas horas.
Venganza…
Los detectives del Eje contra Homicidios del Cicpc de la región acudieron al sitio del doble crimen e iniciaron las investigaciones de rigor. La primera conjetura de los funcionarios es la venganza, pero no descartan otras hipótesis.
En el sitio los pesquisas colectaron cinco conchas disparadas por una pistola calibre nueve milímetros.
MIP-TUY / Jean Carlos Rodríguez
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