La profesional estrella, rompió paradigmas y paralizó al país con su fuerza interpretativa en novelas como: Cristina (1970), La usurpadora (1971), La Italianita (1973), La indomable (1974), Doña Bárbara (1975), Silvia Rivas divorciada (1977), Chao, Cristina (1983) y qué decir de Natalia de 8 a 9 en 1980
Julia Pérez, mejor conocida como nuestra Marina Baura, nació en Galicia, España, el 1ro de noviembre de 1941. Ella es una primerísima actriz que nos brindó memorables caracterizaciones en emblemáticas producciones dramáticas.
Comenzó su meteórica carrera artística a principios de los años 60’, debutando como modelo. Fue archiconocida su imagen en un comercial de cerveza. Paralelamente estudió arte dramático con Paúl Antillano. Su primer trabajo como actriz fue en la serie Casos y cosas de casa, más adelante trabajó en el programa La quinta de Simón. Su primer papel destacado fue en la telenovela Madres solteras en 1965 y su primer protagónico en la exitosa Lucecita en 1967, ambas trasmitidas por Venevisión. En la desaparecida planta RCTV, Marina Baura logró brillar y convertirse en toda una diva de las telenovelas.
La profesional estrella, rompió paradigmas y paralizó al país con su fuerza interpretativa en novelas como: Cristina (1970), La usurpadora (1971), La Italianita (1973), La indomable (1974), Doña Bárbara (1975), Silvia Rivas divorciada (1977), Chao, Cristina (1983) y qué decir de Natalia de 8 a 9 en 1980.
La inolvidable actriz se retiró de la actuación en el año 1983, en el mejor momento de su impecable carrera. Posteriormente regresó en 1990 con la telenovela Emperatriz, escrita por el maestro José Ignacio Cabrujas y realizada por la productora independiente Marte Televisión, en la que volvió a demostrar toda su casta profesional. En el año 2003 trabajó en la telenovela Cosita Rica de Leonardo Padrón, en una participación especial y en el año 2006 hizo lo mismo en el unitario de la exitosa novela, Soltera y sin compromiso.
En 1984 fue memorable su actuación junto a Doris Wells, en el unitario La hora menguada. Ella realizó miniseries que son emblema histórico de nuestra televisión. Se recuerdan: Sobre la misma tierra, Canaima, La balandra Isabel llegó esta tarde, Gómez II y Muros del silencio.
Describir a Marina Baura en una sola palabra es imposible. Pero su autenticidad, a pesar de la fama y la gloria que la rodeó, es sinónimo inequívoco de su calidad humana. Una actriz con todas sus letras, una señora en todo el sentido de la palabra y una gloria venezolana que merecía este humilde homenaje.
¡QUÉ MOMENTOS!
Diego Kapeky
Twitter: @diegokapeky