Al vivir en un país tropical como Venezuela, una de las mayores preocupaciones es la imagen corporal y esto se convierte en motivo de consulta en Medicina Estética. Sin embargo, existen errores en cuanto a los tratamientos indicados: cuando no se realiza un adecuado diagnóstico diferencial entre la grasa localizada y la celulitis. Si se desconocen estas diferencias, los resultados de los tratamientos empleados pueden ser desalentadores para los pacientes.
La grasa localizada son depósitos o acumulaciones de células grasas en una zona determinada del cuerpo, que provoca un aumento de volumen y pérdida de la armonía corporal. Se encuentra con mayor frecuencia en el abdomen, caderas, glúteos, muslos, papada y espalda. Su origen puede estar determinado por la herencia o relacionado con la obesidad y el sobrepeso.
La Dra. Gouri Scheurmann, médico cirujano especialista en medicina estética de UNIMEL, comente que “además, existen dos capas de grasa en el tejido adiposo: una superficial de fácil movilización y otra profunda de difícil movilización. Es importante tener el conocimiento de cual de ellas predomina y esto es posible mediante la ecografía de grasa corporal, orientando al médico estético a cual conducta terapéutica debe emplear”.
Por su parte, la celulitis o piel de naranja es una patología que afecta la dermis e hipodermis. Su consulta viene más referida por su carácter anti-estético, que por la patología como tal. Se presenta mayormente en los muslos, estómago, caderas y glúteos. Ésta presenta varias fases evolutivas:
– Enlentecimiento de la microcirculación venosa y linfática, por lo que los vasos se dilatan originando la salida de líquido al exterior.
– Se origina un edema que empuja los elementos nerviosos produciendo dolor.
– Disminuye el aporte de nutrientes a la piel, reduciendo la cantidad de colágeno y aumentando los depósitos de fibrina que ocurren a nivel del tejido adiposo.