La senda del crecimiento económico, atender las crecientes demandas sociales y combatir la corrupción son temas que forman parte de la agenda del nuevo gobierno del PT
En Brasil la inflación roza el 7%, lo que comparado con Argentina (40%) o Venezuela (60%) es una broma, pero la economía y los brasileños son conscientes de los efectos y gravedad que tiene el baile de precios. El futuro Gobierno está obligado a poner fin a la recesión de Brasil, un gigante que no ha sabido aprovechar las oportunidades de la región.
Habrá que curar heridas en las relaciones con Estados Unidos después del incidente diplomático provocado tras conocerse por Edward Snowden que el gobierno de Barack Obama espiaba y tenía intervenidos hasta los teléfonos de la presidenta Dilma Rousseff. La misma práctica se siguió con empresas como Petrobras y con el resto del Gabinete.
Salud, educación y seguridad
Las demandas sociales de mejoras en salud, educación, vivienda y seguridad continuarán en la agenda del próximo Gobierno. La nueva clase media exige más cambios y los que permanecen en la pobreza aún necesitan subsidios sociales. Las manifestaciones callejeras podrían volver si no hay más mejoras y transparencia.
Recuperar el crecimiento
Recuperar la senda de un mayor crecimiento es la prioridad. «Hay que reducir el déficit exterior, mejorar la productividad, desarrollar infraestructuras y lograr una tasa de cambio de moneda más atractiva. Estas medidas tendrá un fuerte impacto social, pero hay que hacerlo con delicadeza», resume el economista Joaquim Eloi Cirne de Toledo.
Lucha contra la corrupción
Las demandas de «manu pulite» son una exigencia. «Brasil lleva muchos años sufriendo comportamientos ilegales de miembros del Gobierno y del partido (PT). Los brasileños nos hemos acostumbrados a desayunar con un caso diferente cada día y no pasa nada. Esto tiene que cambiar». La reflexión de Emmanuel Publio Dias es compartida por todos.
Recuperar el valor de Petrobras
En los últimos cuatro años las acciones de la energética Petrobras cayeron un 57,7 por ciento. Francisco Petros, de la Fundación Getulio Vargas, considera que «la empresa necesita una reestructuración gigantesca. No puede ser que hoy, prácticamente, valga menos que Ecopetrol (petrolera colombiana)», se lamenta.
Via Abc.