El Athletic Club de Bilbao ganó 1-0 con anotación tempranera de Aritz Aduriz
El Athletic Club frenó al embalado Sevilla con un trabajado triunfo por un gol a cero plasmado con un golazo de volea de Aritz Aduriz y que impulsa a los de Ernesto Valverde hacia posiciones más tibias de la tabla que las cercanas al descenso en las que se encontraba.
Además del espléndido tanto de Aduriz en el minuto 12 de partido, su cuarto en Liga y octavo de la temporada, ha asido fundamental en el triunfo bilbaíno su numantina defensa en la segunda mitad. En ella, ha destacado sobremanera Xabi Etxeita, gran hallazgo rojiblanco en las últimas semanas.
Los de Unai Emery han pagado también su condición de bálsamo para el Athletic en los últimos años, en lo que se ha impuesto cada vez que el conjunto hispalense ha visitado la ‘La Catedral’.
El arranque del partido estuvo protagonizado por Aduriz, que se ganó un tarjeta amarilla a los 30 segundos de juego, en su primera disputa de balón, marcó el golazo en el minuto 12 con el que el Athletic abrió el marcador y a los 28 minutos, lesionado, tuvo que ser relevado por Guillermo.
El tanto del ariete internacional, su cuarto en Liga y el octavo en lo que va de temporada, llegó en una espléndida volea al borde del pico del área pequeña, a centro de Susaeta, que reventó las redes defendidas por Beto.
Aunque Aduriz estuvo omnipresente en ese primer tercio de encuentro, en la primera media hora sucedieron muchas más cosas. Como una preciosa triangulación Tremoulinas-Denis Suárez-Bacca a la que no llegó el ariete colombiano en el segundo palo. O como un par de disparos de Susaeta, muy lejanos, y Laporte, en golpe franco directo, que lamieron el palo izquierdo de la meta sevillista.
Un cabezazo de Denis Suárez, a centro del incansables y brillante Tremoulinas, y un centro del talentoso media punta gallego que cortó Etxeita con dos visitantes solos en el segundo palo amenazaron con el empate hispalense. Y con un centro de De Marcos, excesivamente fuerte, al que no llegó Muniain y un disparo cruzado de Susaeta, sobrevoló el 2-0 local.
Un golpe franco de Denis Suárez muy parecido al de Laporte terminó con una primera parte espléndida, disputada de poder a poder, con buen juego, muchas ocasiones y hasta varias tarjetas. Alguna cartulina más pudo haber. Incluso alguna roja -a M’Bia e Iturraspe, por ejemplo-, se le quedó en el bolsillo a Estrada Fernández, al que ni jugadores ni banquillos ayudaron demasiado.
Emery movió fichas en el descanso y entraron al campo Banega y Gameiro en busca de un empate que, de todos modos, su equipo no tuvo más cerca. En su intento de alcanzar la igualado, el Sevilla provocó más saques de esquina que ocasiones. De hecho, la primera oportunidad reseñable fue un disparo de Muniain, escorado a la izquierda, que cortó Carriço ya dentro del área.
Pero un balón largo al que no llegó Gameiro por poco y un disparo de Tremoulinas en una de sus incontables incorporaciones al ataque explicaban claramente la dinámica de un partido con los visitantes desatados y los locales agarrados a la hoy enorme figura de Etxeita para defender los anhelados tres puntos.
Iago Aspas fue la última bala de Emery y Gurpegui de Valverde en un choque que fue muriendo poco a poco sin ocasiones que reseñar y que dio sus últimos estertores en la esquina izquierda del campo visitante, con tres córneres seguidos provocados por los inteligentes Iraola y Aketxe.