“Un gobernante no puede desentenderse de los problemas, es lo que hace la derecha en Miranda”, dijo Elías Jaua, y en efecto, lamentablemente, eso es lo que sucede, pues, tanto Capriles, como Ocariz y Smolansky se la pasan, objetivamente, ocupados en otras cosas sin ejercer sus tareas específicas
En recientes declaraciones públicas, el sociólogo Elías Jaua, Ministro del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales y Protector de Miranda, caracterizó correctamente la situación que se presenta en aquellos espacios donde la oposición tiene la responsabilidad de gobernar, al señalar que la tendencia es que estos funcionarios se desentienden de las funciones que les competen, no atendiendo las responsabilidades que les incumben en sus respectivas circunscripciones; siendo patéticos los casos del gobernador Capriles y los alcaldes de los Municipios de la Zona Metropolitana Mirandina de Caracas, particularmente, el de Carlos Ocariz, en Sucre, y David Smolansky, en El Hatillo.
Declaró Jaua “que un gobernante no puede desentenderse de los problemas, es lo que hace la derecha en Miranda”. Y en efecto, lamentablemente, eso es lo que sucede, pues, tanto Capriles, como Ocariz y Smolansky se la pasan, objetivamente, ocupados en otras cosas sin ejercer sus tareas específicas, por estar enfocados, uno, Capriles, en viajar hacia el exterior y al interior del país, buscando la manera de afianzar su aspiración de repetir la candidatura presidencial y los otros por mantenerse más interesados en motivaciones políticas extra municipales antes que responderle a sus comunidades a cerca de los problemas que las afectan.
Se entiende que como políticos deben ejercer la política, es natural, pero sin descuidar la función para la cual le solicitaron el voto a sus electores, y, menos aún, sí, como es ostensible, esas motivaciones políticas están aderezadas por acciones conspirativas, negadoras del ejercicio democrático del quehacer político; hace tan sólo pocos meses o bien auspiciaban abiertamente las desquiciadas guarimbas que alteraron la vida cotidiana de los venezolanos y venezolanas, con el saldo trágico de 43 muertos y centenares de heridos, o las alentaban de manera encubierta, en la ilusa y disparatada idea de que por esa vía podían lograr el derrocamiento del gobierno bolivariano legítimamente constituido. Vano intento, del cual no terminan de aprender las lecciones que el pueblo venezolano les ha impartido.
Complementaba su reflexión el también Presidente de CORPOMIRANDA, aludiendo a los notorios casos de Capriles y Ocariz, que tienen que mandar obligados por el Tribunal Supremo de Justicia; en cuanto a Ocariz, el Alto Tribunal tuvo que obligarlo a recoger la basura y en cuanto a Capriles, a sí mismo, el Tribunal Supremo tuvo que obligarlo a convocar el CEPLACOPP, que es el consejo para la concertación de políticas públicas en el estado, ajustado a derecho, es decir, respetando la normativa contemplada en la CRBV.
Entonces, si no van a hacer el esfuerzo de gobernar en función de los problemas y expectativas de los ciudadanos para qué participan de una contienda electoral, si al ser electos no se ocupan de atender a sus comunidades.
El remedo de Smolanski
Por ejemplo, Smolansky, la gran oferta que le ofreció al electorado hatillano, que fue con la que venció al candidato de Primera Justicia, Elías Sayegh, fue la de hacer de El Hatillo un municipio blindado en materia de seguridad, y es allí, exactamente, donde su gestión más ha fallado, porque, retórica aparte, lo real es que la inseguridad ha aumentado en la misma proporción en que ha declinado la confianza de los vecinos hatillanos con relación a la policía municipal; en lo que sí ha sido efectivo este alcalde de Voluntad Popular, concurrente a la fiesta conspirativa de México, en el 2010, es en promover fiestas estruendosas en el Casco Histórico del Pueblo, alterando la tranquilidad de los hatillanos e incentivando la transculturización de valores y costumbres europeizantes, como la realizada el 18 de octubre, oktoberfest, remedo de la fiesta de la cerveza que se celebra en la ciudad alemana de Munich y en la que los desaforados jóvenes asistentes convirtieron a la Plaza Bolívar de El Hatillo en un verdadero botiquín; cómo sería el desacierto cometido que la propia Cámara Municipal, conformada totalmente por concejales antichavistas se vieron en la obligación de aprobar una exhortación al alcalde para que moderara sus ímpetus festivos.
El chasco Ocariz
Por su parte, Ocariz se ha evidenciado como un verdadero chasco, no atiende los problemas de su Municipio, todo lo maneja, virtualmente, a través de la manipulación mediática, sin darle respuesta a los problemas sentidos de las comunidades de Petare y de las otras cuatro parroquias que conforman el territorio municipal. El caso de la basura es emblemático, allí la incompetencia de este alcalde raya ya en lo inverosímil, las montañas de basura están presentes por todas partes y a pesar del clamor popular, Ocariz, se mantiene distante de la solución del problema, como esperando que sea el gobierno nacional quien proceda a resolver la angustiante situación.
Capriles patético
Pero, sin duda, el caso más patético es el de Capriles Radonski, a pesar de los ingentes recursos recibidos, más de 26 mil millones de bolívares fuertes recibidos, en sus seis años de mandato no ha dejado obra de alguna relevancia que quede como testimonio efectivo de su gestión; se la pasa viajando constantemente y declarando sobre temas de política nacional pero sin asomar propuestas e iniciativas concretas en torno a los problemas de los mirandinos; allí está por ejemplo, el flagelo delincuencial, ante el cual no escatima oportunidad para llamar la atención sobre la inseguridad en el país, pero, sin percatarse que el mayor índice delictivo, a nivel nacional, es el de Miranda; administrativamente, es un verdadero desastre, ha dejado acumular una deuda inmensa con los trabajadores de la gobernación: educadores, policías, bomberos, entrenadores deportivos, etc., porque no la presupuesta, y, en consecuencia, no tiene disponibilidad para honrarla. Todo un fiasco que ha ameritado que el CLEBM lo increpe con el ánimo de meterlo en el carril. O corre o se encarama. No hay otra.
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Miguel Ugas