Al incansable grito de “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, los vecinos marcharon bajo el ardiente sol con fotografías de los estudiantes y lanzando fuertes reclamos al presidente Enrique Peña Nieto, inmerso en la peor crisis de su gobierno por este brutal crimen
Un grupo de padres de los 43 estudiantes desaparecidos en México partió este jueves en caravana hacia la frontera con Estados Unidos para clamar a lo largo del país que sus hijos no fueron masacrados, como teme el gobierno.
“Exigimos el respeto a la vida, que aparezcan nuestros 43 muchachos. Estamos seguros de que están vivos y los vamos a seguir buscando. Vamos en esto hasta el final”, dijo a la AFP Felipe de la Cruz, vocero de los padres, antes de abordar uno de los tres autobuses en los que recorrerán más de 1.700 km hasta la región fronteriza de Chihuahua (norte).
Esta caravana, formada por cinco de los padres y decenas de estudiantes que les apoyan, es la primera de las tres que saldrán hacia diferentes puntos del país desde la escuela rural de magisterio de Ayotzinapa (Guerrero, sur), de la que eran alumnos los desaparecidos.
Estudiantes de este centro de fuerte ideología socialista se acercaron a despedir a los desesperados y exhaustos padres, que subieron a los vehículos portando comida y carteles con los rostros de los jóvenes, que desaparecieron la noche del 26 de septiembre en medio de ataques de policías de la ciudad de Iguala (sur) y narcotraficantes.
Poco después arribó a la escuela una marcha con medio centenar de pobladores de Ayotzinapa vestidos de blanco para apoyar estas caravanas, que tienen previsto juntarse el 20 de noviembre en la capital del país.
Al incansable grito de “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, los vecinos marcharon bajo el ardiente sol con fotografías de los estudiantes y lanzando fuertes reclamos al presidente Enrique Peña Nieto, inmerso en la peor crisis de su gobierno por este brutal crimen.
Los familiares de los estudiantes no se creen los testimonios de varios detenidos difundidos por la fiscalía que reconocieron haber asesinado a los jóvenes, quemado sus cuerpos y arrojado los restos a un río.
También están furiosos con el gobierno porque consideran que no ha hecho lo suficiente por encontrarlos vivos y porque Peña Nieto decidió marcharse del país para las cumbres de APEC y G20.
“Están desaparecidos pero no muertos. Queremos que nos ayuden a encontrarlos. Al gobierno no le creo nada, todo lo que han dicho es pura mentira”, reclama Blanca Navas, madre de Jorge, uno de los desaparecidos.
AFP