¿Cuál es el empeño en aspirar a un cargo, si luego de ser electo no se va a poner el esfuerzo requerido para cumplir con los electores?
Diversos sectores de la comunidad mirandina al igual que algunos opinadores políticos hemos venido sosteniendo que el gobernador Henrique Capriles Radonski, se ha caracterizado, entre otras cosas, por ser un gobernante que tiende a ausentarse de manera muy acentuada del territorio que le corresponde gobernar, tendencia que, evidentemente, lo lleva a desentenderse de las tareas que le corresponden al frente de uno de los estados más complejos y exigentes del país.
Esta observación vino a ser confirmada por el diputado Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional, quien en el programa que conduce por Venezolana de Televisión, “Con el mazo dando”, en la sección “mazazos”, señaló que el gobernador Capriles Radonski, ha realizado en los 11 meses que lleva el presente año, 24 viajes, que están documentados en fotos y videos, sin duda todo un récord: 24 en menos de un año. Entendemos que en ese averaje se conjugan los viajes al exterior y los que emprende al interior del país, que, en todo caso, en su conjunto, denotan la ausencia y desprendimiento del funcionario de las responsabilidades que le competen al cargo que ostenta.
Esta situación nos induce a la siguiente pregunta- reflexión: ¿cuál es el empeño en aspirar a un cargo, si luego de ser electo no se va a poner el esfuerzo requerido para cumplir con los electores?, se supone que a éstos se les solicitó el voto, en base, a una propuesta programática que debe materializarse en el ejercicio del cargo, además, que, en las Leyes de la República están expresamente señaladas las responsabilidades atinentes al alto cargo en cuestión. Pues bien, es evidente, que si se está ausente en forma consuetudinal del territorio respectivo, difícilmente los funcionarios de tal proceder podrán responder de manera efectiva tanto con el programa propuesto como con las funciones que le competen.
Y este es el caso, lamentablemente, de Capriles Radonski, quien en vez de estar ocupado de las tareas y funciones para lo cual fue electo, se la pasa viajando por otros lares, declarando sobre distintos temas de política nacional o internacional, pero desentendido de lo que debería ser su preocupación prioritaria y fundamental: los ingentes problemas e inquietudes de los ciudadanos mirandinos. Capriles actúa no como gobernante sino como activista político, sempiterno aspirante a candidato presidencial.
Bajo rendimiento
De allí su bajo rendimiento tanto en lo administrativo como en obras. Ya se ha dicho, dónde están las obras de Capriles; a pesar de que sólo en este año ha manejado más de nueve mil millones de bolívares fuertes, no se palpa ni siquiera una obra que merezca la pena mencionar en todo el territorio mirandino. Todo lo que se ha hecho es producto de la acción o bien del Gobierno Central o bien de CORPOMIRANDA, porque la gobernación estadal ha brillado pero… por su ausencia.
Ausente estuvo la gobernación, por ejemplo, para atender el cráter de la vía de Los Salias, que era de su competencia directa pero tuvo que asumirlo el Ministerio del Poder Popular para el Transporte Terrestre; así como la trocha de la vía hacia Turgua, en la zona rural del Municipio El Hatillo, en la que tanto la alcaldía como la gobernación brillaron por su ausencia y tuvo que realizarla la Administración Central, dos ejemplos, apenas, de los tantos en los que Capriles ha estado ausente, y no, precisamente, por falta de recursos; lo que ha faltado es voluntad, disposición, espíritu colaborativo, en fin, decisión para emprender las cosas.
Maula con los trabajadores
Pero, también en lo administrativo se manifiesta la inobservancia de este gobernador que, realmente, no gobierna. Se hace inexplicable el cúmulo de deudas que el ejecutivo regional mantiene con sus trabajadores, a medida que pasan los años (ya van seis), por inoperancia o por cálculos politiqueros tendentes a propiciar situaciones caóticas, deja acumular deudas con los trabajadores(educadores, bomberos, entrenadores deportivos, de las bibliotecas, etc.), porque no las presupuesta, intentando atribuirle al Gobierno Central una responsabilidad que es de su estricta competencia pues si no presupuesta las deudas, la Oficina Nacional de Presupuesto (ONAPRE) no puede reconocerlas, así de sencillo. Es decir, estamos ante un gobernador maula bien por interés politiquero o bien por incapacidad administrativa, en todo caso, si estuviese más pendiente de sus responsabilidades y menos ausente del territorio que debería gobernar, tal vez, podría arrojar un mejor resultado.
Es tal el desorden administrativo que el ejecutivo regional no conoce, a ciencia cierta, el monto de la deuda que mantiene con sus trabajadores y trabajadoras; encontrándose el Consejo Legislativo del Estado Bolivariano de Miranda (CLEBM), cuya composición política es de mayoría socialista, por tanto, preocupado por los intereses de los trabajadores, en la situación, de servir de oficiante ante la Vicepresidencia de la República para que esta con su personal técnico ayude a determinar el alcance de la deuda del maula gobernador. Fin de mundo, caballero.
Smolansky lo quiere emular
Pero en este mundo de Dios, las malas mañas gustan de ser copiadas. Ahora, resulta que el bisoño alcalde de El Hatillo, quiere emular al gobernador ausente, tan es así que ya lleva cuatro viajes al exterior, este personaje que en su corta trayectoria política ya tiene el estigma de haber participado en la llamada “fiesta de México”, de corte subversiva ella, de marcada inspiración fascista y proimperialista, y que todo indica que tal tendencia se acentúa porque en su condición de miembro de la cúpula del partido Voluntad Popular es claro partidario de la infausta “salida”, anticonstitucional y terrorista, de tan reciente e ingrata recordación para los venezolanos en general y para los mirandinos y hatillanos, en particular. Mientras Smolansky se ausenta, sus promesas electorales, de blindar a El Hatillo de seguridad, se evaporan tal cual como ilusa fantasía
Notas paralelas
Miguel Ugas