@diegokapeky
El lamentable y cruel hecho, ocurrió el pasado 3 de enero de 2014. El hampa desmedida que existe en nuestro país, le arrebató la vida y casi hizo lo mismo con su pequeña hija, la cual recibió un disparo en la pierna. Su pareja sentimental Harry Berry corrió con la misma suerte de la otrora reina de belleza. Mónica es solo un alarmante y nada virtual símbolo y porcentaje de lo que sucede a diario en Venezuela.
Ayer se cumplió un año de la lamentable y prematura partida de Mónica Spear y de su pareja sentimental, quienes fueron cruelmente y fríamente asesinados por el hampa que impera en nuestro país. El suceso ocurrió en el kilómetro 194 de la autopista Puerto Cabello-Valencia a las 11:00 pm, cuando el vehículo en el que viajaban se quedó accidentado en la vía, en sentido Valencia, un poco antes del puente El Cambur. Allí llegaron los antisociales y dispararon en reiteradas oportunidades, dando como resultado el doloroso y fatídico suceso. Hoy recordamos a Mónica y con ella hacemos tributo y oramos, por las miles de familias venezolanas que han perdido a miembros de su núcleo de la misma manera. Venezuela se ha convertido en uno de los países más violentos y peligrosos del mundo, hecho que nos avergüenza y llena de preocupación a una gran cantidad de venezolanos, que vemos como se pierden los valores, sin que se haga coto a la alarmante situación, amén de impactarnos por declaraciones irresponsables, insensibles y hasta criminales, de personeros del gobierno quienes aseguran que aquí no pasa nada… Cuando sucedió el lamentable asesinato de Mónica, inmediatamente de las altas esferas afirmaron que era un sicariato, prematura y “conveniente” hipótesis, que se desvaneció con las contundentes pruebas que hubo de que se trataba de un hecho más del hampa común. Aquí siempre se quiere buscar culpables donde no los hay y no asumen sus responsabilidades en los hechos que enlutan a diario a las familias venezolanas. Mónica, como la mayoría de esos miles de seres humanos que fallecieron el año pasado, estaba en plenitud de su vida y su carrera. Dejó a una hija huérfana, como miles de niños quedaron en el país. Da impotencia que la vida del venezolano no valga nada, que tengamos que vivir encerrados y llenos de temor cada vez que salimos a la calle. La inseguridad se ha convertido en una oscura compañera de vida, en una guillotina que tenemos cada uno encima de nuestras cabezas, mientras aquí se buscan culpables y se tiran la pelota, como si la vida fuese un juego y nosotros sus fichas. Y qué decir de aquel que se atrevió a lanzar que la culpa del asesinato de Mónica era de ella; ¿”Quién la manda a estar en la calle a esas horas”? -sentenció quien ahora tampoco está, debido a las mismas y lamentables circunstancias-aunque irónicamente y cruelmente él fue asesinado en “la seguridad” de su hogar. Debemos unirnos todos en una sola voz y exigir un derecho que nos corresponde. Ya basta de perder a venezolanos diariamente y quedarnos callados. Hace un año fue Mónica y ella es solo un porcentaje más de los índices alarmantes que tenemos en el tema de la seguridad y delincuencia en el país. Descansa en paz Mónica Spear y contigo Harry Berry, Robert Serra y las miles de hermanas y hermanos venezolanos que murieron innecesariamente el año 2014. Amén.