Supuestos milicianos de al-Qaida atacaron el sábado una sede de los servicios de espionaje yemeníes en la ciudad de Adén y mataron a 14 personas, dijeron las autoridades.
El ataque en el corazón de la importante ciudad portuaria en el sur pone de manifiesto la capacidad de al-Qaida de lanzar ataques mortíferos pese a una ofensiva militar yemení de dos meses, respaldada por Estados Unidos, que este año desalojó a los milicianos que habían ocupado pueblos sureños cerca de Adén.
Los milicianos atacaron la sede de los servicios desde dos flancos, con armas automáticas y granadas lanzacohetes, según funcionarios de inteligencia en la ciudad y testigos del edificio adyacente de televisión y radio estatal. El ataque mató a 11 soldados y tres funcionarios e hirió a seis personas, dijeron los informantes.
Tanto ellos como los testigos, que son empleados del gobierno, hablaron con la condición del anonimato por no estar autorizados a hablar con la prensa.
Los milicianos de al-Qaida aprovecharon la inestabilidad política en Yemen para capturar varios pueblos en la provincia de Abyan, vecina de Adén. Los ocuparon durante varios meses hasta que los militares los desalojaron de casi todos los poblados en mayo, incluso la capital provincial de Zinjibar y el pueblo de Jaar. Más de 100.000 personas huyeron de la violencia allí y muchos se alojaron en refugios improvisados y en escuelas en Adén.
Muchos de los milicianos escaparon a las montañas circundantes, desde donde han seguido lanzando ataques. Un grupo frontal de al-Qaida, Ansar al-Sharia, secuestró a un diplomático saudí en Adén en marzo.
Esta semana, un grupo de hombres armados irrumpió en un avión de pasajeros en cuanto aterrizó en Adén y secuestró a un dirigente de la oposición, el mayor general retirado Ahmed Abdula al-Hasani, ex comandante de la Armada y promotor de la secesión del sur.
Estados Unidos considera que al-Qaida en la Península Arábiga es el desprendimiento más peligroso de la red terrorista. AP