El gobierno sirio acogió con satisfacción el sábado el nombramiento de un ex ministro del Exterior argelino como el nuevo enviado de la ONU, quien buscará poner fin a la guerra civil del país. Los activistas sirios, entretanto, informaron de nuevos cañoneos de las tropas del régimen, entre ellos un ataque aéreo contra una ciudad fronteriza del norte donde murieron decenas a principios de semana.
En un comunicado, la oficina del vicepresidente Faruk al-Sharaa, no sólo expresó su apoyo a Lakdar Brahimi, sino que también negó las versiones de medios árabes de que al-Sharaa había desertado a la oposición.
Al-Sharaa «nunca pensó, en ningún momento, abandonar el país», dijo el comunicado.
El primo del vicepresidente, Yaroub, un coronel del ejército, desertó a la oposición a principios de mes y apareció en la cadena panárabe de televisión al-Arabiya. El régimen del presidente Bashar Assad, ha sufrido varias deserciones importantes en los últimos meses, aunque su círculo íntimo y los militares aliados se han mantenido en gran parte detrás de él.
El desertor político de más rango hasta el momento, el ex primer ministro Riad Hijab, huyó a Qatar, donde podría revelar sus planes futuros, de acuerdo con los rebeldes sirios y un pariente de Hijab. Qatar es una de varias naciones árabes del Golfo que han apoyado la rebelión contra Assad.
El nuevo enviado de la ONU, Brahimi, toma la posta del ex secretario general de la ONU Kofi Annan, quien dejará el cargo el 31 de agosto después de que fracasaron sus intentos de negociar un cese del fuego.
El nombramiento de Brahimi llega mientras los últimos observadores de Naciones Unidas en Siria comenzaron a retirarse del país al concluir oficialmente su misión la medianoche del domingo. Los observadores tenían la misión de velar por un alto el fuego, pero nunca se alcanzó una tregua.
Una vocera de la ONU, Juliette Touma, dijo a The Associated Press que todos los observadores abandonarían Siria antes del plazo. Quedaban unos 100 observadores del organismo mundial en el país: un tercio de los enviados a principios de año.
Su salida tiene lugar después que el Consejo de Seguridad acordó concluir la misión de la ONU y crear una pequeña oficina de enlace que respaldaría las nuevas gestiones de paz, cuando ocurran.
El Consejo de Seguridad reconoció que han fracasado las gestiones internacionales para reducir la violencia y lograr que el gobierno sirio deje de utilizar sus armas pesadas, condiciones impuestas para una posible prórroga de la misión.