Es muy común observar como los motoristas se desplazan a exceso de velocidad, y en la mayoría de los casos desechan el uso del casco de seguridad
De acuerdo con estadísticas que maneja el Centro Estadal de Prevención y Atención de Desastres de Miranda, de enero a julio, los funcionarios de Protección Civil regional han atendido 201 accidentes que han involucrado motos en las cinco regiones que integran la entidad, lo que significa que en promedio diariamente se reporta entre uno y dos siniestros.
Víctor Lira, secretario de Prevención y Atención de Emergencias de la entidad y también director de PC Miranda, informó que ante estas cifras urge que se establezcan controles para evitar que los motorizados circulen a exceso de velocidad, así como también prohibir que se desplacen sin el uso del casco protector. “Las autoridades de tránsito terrestre deben aplicar sanciones severas a quienes incumplan esas reglas”.
Asimismo, Lira expresó la necesidad de que los conductores de los llamados caballos de acero acaten las normativas de tránsito para preservar sus vidas. “La prudencia es fundamental para prevenir este tipo de percances”.
Agregó que la carretera Panamericana es la vía que reporta el mayor número de accidentes en moto. En los siete primeros meses del año, se han contabilizado un total de 43 siniestros. La mayoría de las colisiones en motocicletas ocurren porque éstas se colean en pavimento húmedo, mientras que otras colisiones se producen por exceso de velocidad que provoca pérdida de control del manubrio y por ende origina el impacto.
El accidente más reciente, ocurrido en la vía Panamericana se produjo a la altura del kilómetro 27. Allí una moto se coleó y colisionó de frente contra un vehículo. El hecho dejó dos personas lesionadas que fueron trasladadas al hospital Victorino Santaella Ruiz de Los Teques.
El costo de
la imprudencia
Luisa Robaina, residente de Los Teques, perdió a su hermano en un accidente de tránsito. Él se desempeñaba como mototaxista en la capital mirandina. En noviembre del año pasado, su hermano fue a llevar a un cliente al Centro Comercial La Cascada. De regreso se destapó un palo de agua y la vía parecía un jabón.
“El acostumbraba a manejar a 120 kilómetros por hora. Siempre le aconsejaba que bajara la velocidad porque la carretera Panamericana es traicionera y si llueve se convierte en una guillotina, pero él me replicaba diciéndome que lo dejara tranquilo, que sabía lo que hacía y que los clientes le pagaban para que los trasladara rápido a sus sitios de trabajo o a cualquier otro lugar. A la altura de Súper Líder se coleó e impactó contra la defensa, murió inmediatamente”.
Robaina asegura que su hermano pudo salvarse, si no se hubiese desbocado para llegar rápido. “Después de esa amarga experiencia, estoy alerta y pendiente. Cuando voy en autobús a exceso de velocidad, le digo al chofer que la reduzca y a mi esposo que también tiene una moto le hago la guerra para que conduzca con prudencia”, dijo la entrevistada.
Prensa PC Miranda