En la casa blanca niegan que Luka Modric sea “el salvador”. Sin embargo, los diarios de la capital española dedican más espacio del común a la llegada de la nueva contratación del Real Madrid. Que ha empezado la “liga de las estrellas” dando tumbos y, disputados apenas 9 puntos, ya está a 5 de un Barcelona en el cual no parece hacer mella la renovación en la dirección técnica.
El croata llega para apuntalar una ofensiva que se cansó de hacer goles en la temporada anterior. Y, de paso, parece sellar definitivamente la salida de Kaka o su permanencia eterna en el banco.
Pero los problemas no parecen estar allí en la delantera, donde otra vez Higuaín reclama, con goles, su presencia en el once abridor. La remontada del Getafe, especialmente por el tiro libre que marcó la paridad e indicó el camino de la remontada casera, puso otra vez en evidencia las distracciones y fisuras de la zaga merengue en las situaciones a balón parado y, en general, en el juego por alto. Y no es solo por la temporal ausencia de Pepe.
Lo cierto es que ya las molestias rondan al campeón. Hasta Mourinho, que la semana anterior volvió a encontrar la excusa dedicándosela al arbitraje, convino en que no era posible ganar al Getafe jugando como lo hicieron sus dirigidos. Que comenzaron a todo vapor, se pusieron en ventaja y parecieron relajarse en exceso, confiarse en una supuesta superioridad, para salir con las tablas en la cabeza.
Mientras tanto, el gran despliegue alrededor de Luka Modric. Que llega con una presión enorme, pues tanto se le ha ensalzado que está obligado a brillar, a confirmar que su arribo representa real fortalecimiento de una plantilla con aspiraciones totales para la temporada.
Y para mañana les espera el Barcelona, en el partido de vuelta de la Supercopa. Un adversario al cual no han podido ganar sin Pepe en la cancha y que llega con el margen del 3-2, obligando a un planeamiento inicial más ofensiva que en el Nou Camp.
A ver si despiertan los merengues, que Messi y compañía llegan al Bernabeu. AN