Deportes en serio!!!
Los hechos ocurridos recientemente en torno a la Federación Venezolana de Beisbol (FVB) son bastante ilustrativos de lo que sucede cuando un organismo deportivo se convierte en un organismo clientelar, convertido en pretexto para hacer negocios de todo tipo con la excusa del hecho deportivo en bien del país.
Quien se ponga a detallar con pinzas lo sucedido en los últimos dias en torno al ente rector del beisbol venezolano podrá darse cuenta que el presidente Edwin Zerpa no sólo se cree capaz de hacer lo que le da la gana -hace, deshace y viola estatutos- sino que además se siente con el derecho de desconocer decisiones tomadas por su juez natural, como es el Consejo de Honor, y además lo descalifica, denigra de sus integrantes, insulta a los denunciantes y desacredita periodistas; y no le importa hacerlo a través de un comunicado oficial y público.
Pero quien haya analizado detenidamente su posición en torno a la suspensión que ordena en su contra el Consejo de Honor, tiene que concluir con que esa decisión lo desajustó, lo afectó seriamente, y lo ha llevado a cometer errores tras errores, empezando por la convocatoria de una asamblea extraordinaria a la directiva y al Comité Ejecutivo para discutir una decisión que desconoce, de un organismo que también desconoce y que, según expresó en el comunicado oficial que envió desde México, duda de su existencia.
Habria que aclarar el punto de que la convocatoria que hace Zerpa parte del principio de que desconoce la suspensión en su contra tomada por el Consejo de Honor, porque de lo contrario no hubiera podido hacerlo, debido a que la sanción lo inhabilita en sus funciones.
Pero lo curioso es que el tema principal a tratar en la asamblea, según el orden del dia de la convocatoria firmada por el señor no sólo es la presentación del informe de la suspensión de sus cargos que pesan sobre el presidente y el tesorero de la Federación Venezolana de Beisbol, sino que, acto seguido, prevé la presentación de la apelación de los dos personajes.
¿Cantinflas? Depende. El tercer punto del orden día refleja la verdadera intención de Zerpa, y es que pretende que la asamblea tenga la última palabra en torno a la decisión del Consejo de Honor, que sigue desconociendo. Habría que ver lo legal de recibir una sanción de su juez natural, no respetarla y luego convocar a la asamblea para discutir y decidir sobre aquella sanción que sigue desconociendo, pero para que los delegados tomen una decisión que termine favoreciéndolo.
En la reunión que se realizará este jueves en la sede de la Federación Venezolana de Beisbol también se presentará un informe de una llamada Comisión Investigadora nombrada por él con el aval del Comité Ejecutivo (los también directivos Andrés Muñoz, Argenis Franco y Ernesto Capella se preguntan en qué momento nombró a esta comisión, por cuanto sólo podía hacerlo con una convocatoria al Comité Ejecutivo, y ellos, como miembros de ese Comité Ejecutivo, no fueron convocados), para decidir sobre la decisión tomada por el Consejo de Honor.
Y eso no es nada. En el siguiente punto del orden del día se espera una decisión del Comité Ejecutivo “con carácter de emergencia”, lo que significa que Zerpa, que pregona que no está en ningún lío, espera salir de ese lío este mismo jueves.
Todas estas muestras que da Zerpa en torno a lo que ha sido su gestión al frente de la Federación Venezolana de Beisbol no hacen sino ratificar que ese organismo se encuentra al borde de una crisis mayor que pudiera afectar a todo el beisbol, y que si no se hacen las cosas bien, es muy posible que todos, sobre todo los peloteros, saldrán seriamente perjudicados.
De seguir todo como va, de cumplirse los deseos de Zerpa, quizás la cuestión se solucione hoy, quizás consiga un piso cuasi legal para seguir en el cargo, pero se saltará nuevamente los estatutos de la Federación y apoyará su estadía en el cargo en la ilegalidad.
Lo peor es que así pueden pasar años, mientras el caso es llevado al departamento legal del Ministerio del Poder Popular para el Deporte y mientras cursan las investigaciones en su contra por ante los tribunales penales (que se sepa, hay dos causas abiertas por manejo irregular de fondos públicos).
Claro que todo puede ser solucionado de un plumazo, pero eso sólo lo puede hacer el ministro Héctor Rodríguez, quien debe ordenar una investigación de inmediato y quitarle la providencia administrativa en el mismo momento en que compruebe una irregularidad administrativa, si es que acaso no lo puede hacer ahora mismo apoyado en la decisión del Consejo de Honor, que sanciona, con sustento legal, la violación de los estatutos de la Federación Venezolana de Beisbol.
Si el ministro no interviene ahora mismo, si no se interesa por lo que está pasando, no sucederá nada, Zerpa seguirá ahí, regresará a su cargo si finalmente acata la decisión o seguirá en él, pero se hará cómplice de todo lo que este haga en el futuro. Y quedarán sin responder muchas preguntas de cómo, por ejemplo, se gastaron 107 mil bolívares en un campeonato nacional en el que se jugaron sólo 28 partidos de los 72 presupuestados y además cada equipo debió pagar su inscripción (13 mil bolívares fuertes) y costear alojamiento, comida y viáticos de los peloteros. Por ejemplo.
Muchas irregularidades
Ahora, como la Federación Venezolana de Beisbol hay otros entes públicos ganados a las malas prácticas en el manejo de sus fondos, que han logrado incluso que les aprueben sin problemas sus informes económicos, pero que no aguantan una auditoría bien exhaustiva sin que queden expuestas muchas operaciones dudosas e ilegales.
Es bueno saber que entre los dirigentes del deporte nacional hay gente que maneja grandes presupuestos y lo hacen a su criterio personal, firman cheques a diestra y siniestra sin tomar en cuenta que pueden comprometerse penalmente, aspirando que una vez entregados y recibidos sus informes económicos, queden ausentes de toda culpa.
Muchos, pero muchos, de los dirigentes del deporte nacional se olvidan que en la administración pública no vale aquello de que “saqué una plata para ayudar a sutano, pero no hay problemas porque ya él devolvió el dinero”, o “usé el dinero para resolver este problema aún cuando estaba destinado para otra cosa”. Por muchas buenas intenciones que tenga un administrador, hacer este tipo de cosas es penado por la ley, se llama malversación, y la misma se podrá comprobar toda la vida, porque por mucho que en una memoria y cuenta no salga a flote la irregularidad, en una auditoría bancaria quedaría expuesta. Y esa es una de las más pequeñas irregularidades que se cometen en el deporte venezolano, una de las más comunes, se pudiera decir, porque también hay quien arregla facturas para quedarse con algún dinero y aprovecharlo en su beneficio personal. De todo hay en la viña del Señor.
Lo que queda claro es que hay que meterle lupa a las cuentas del deporte, cuanto antes.
Edward Sarmiento
esarmiento@diariolavoz.net
@edward42r