La explosión ocurrió en la provincia de Nangarhar, cerca de la frontera con Pakistán, cuando residentes del lugar y familiares de un jefe de un distrito lejano estaban reunidos en un cementerio
JALALABAD. Un atacante suicida detonó explosivos que transportaba ayer en un funeral en el este de Afganistán, causando la muerte de al menos 20 personas e hiriendo a decenas, dijeron funcionarios, en uno de los mayores ataques contra civiles en semanas.
El ataque ocurrió en la provincia de Nangarhar, cerca de la frontera con Pakistán, cuando residentes del lugar y familiares de un jefe de un distrito lejano estaban reunidos en un cementerio.
Un comunicado del Ministerio del Interior precisó que la cifra de fallecidos era de 20 personas en el ataque en el distrito de Dur Baba y culpó a los talibanes por el hecho. Agregó que el gobernador local, Haji Hamesha Gul -probablemente el blanco de la agresión-, había resultado herido.
El portavoz del gobernador provincial dijo que al menos 25 personas habían fallecido en el funeral de uno de los familiares de Gul.
«Tenemos al menos 25 personas inocentes martirizadas y más de otras 30 heridas», declaró el portavoz Ahmadzia Abdulzai.
El ataque tuvo lugar días después de que 15 hombres y dos mujeres fueron decapitados en la provincia sureña de Helmand, un castigo aplicado por insurgentes talibanes por una fiesta a la que asistieron personas de ambos sexos, con música y baile.
Pese a la presencia de miles de tropas afganas y extranjeras que combaten a la insurgencia talibán, la violencia está en sus peores niveles desde que los islamistas fueron derrocados por fuerzas afganas y estadounidenses a fines del 2001, cinco años después de que tomaron el poder.
Un reciente informe de la ONU afirmó que los talibanes son responsables por un 80 por ciento de las bajas civiles.
Agencias