El presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Rafael Esquivel, afirmó ayer que un grupo de la selección de su país fue maltratado y tardó varias horas en abandonar el aeropuerto internacional de Lima.
Esquivel señaló a los periodistas que los venezolanos fueron revisados minuciosamente como si «hubieran salido de una cárcel o como si fueran contrabandistas o como si trajeran droga».
«Es una vergüenza la atención que nos ha dado Perú en estos momentos. Las autoridades de la aduana nos han maltratado. Los policías aduaneros nos han sometido al peor escarnio que se puede someter a una selección nacional», aseguró.
Un integrante del cuerpo técnico venezolano, que prefirió no identificarse, dijo que los «inconvenientes» comenzaron cuando el vuelo chárter que traía a parte de la delegación de su país tuvo que ser desviado durante la madrugada de ayer hacia Cali (suroeste de Colombia) por falta de autorización para aterrizar en Lima.
Entre los jugadores que arribaron finalmente en el vuelo fletado estuvieron Grenddy Perozo, del Boyaca Chicó colombiano, y Juan Arango, del Borussia Mönchengladbach alemán, además de Rubert Quijada, Edgar Jiménez y Franklin Lucena, del Caracas; Rafael Romo, del Mineros; Agnel Flores, del Táchira; Francisco Flores, del Deportivo Anzoátegui; y Edgar Pérez, del Deportivo Lara.
Este último grupo de la selección venezolana de fútbol completó la convocatoria del equipo que se enfrentará este viernes a Perú por las eliminatorias al Mundial de Brasil 2014.
El lunes llegaron a Lima, por separado, otros jugadores venezolanos, como Salomón Rondón, del Rubin Kazan ruso; Gabriel Cichero, del Nantes francés; Nicolás ‘Mikú’ Fedor, del Getafe español; Andrés Tuñez, del Celta español; Oswaldo Vizcarrondo, del Lanús argentino, y Renny Vega, del Colo Colo chileno.
