Minería urbana, Oro y plata en la chatarra electrónica

    La fabricación de los equipos tecnológicos se ha reportado como una industria consumidora de oro y plata, almenos consume 320 toneladas de oro y 7 mil 500 toneladas de plata anualmente

El reciclaje es la forma en que emprendedores de muchos países consiguen materia prima a muy bajo costo y la trasforman en productos nuevos generando una fuente de dinero en muchos casos insospechada. Este es el caso de los emprendedores llamados “mineros urbanos”, nada más y nada menos que personas organizadas y disciplinadas a rescatar minerales presentes en la chatarra electrónica o basura electrónica para usarla de nuevo en la elaboración de otros productos.

Consumidora de oro y plata
La fabricación de los equipos tecnológicos se ha reportado como una industria consumidora de oro y plata, al menos consume 320 toneladas de oro y 7 mil 500 toneladas de plata anualmente.
Para tener una idea de cómo ha variado este requerimiento y su costo en el tiempo podemos mencionar que se ha encontrado que los productos electrónicos y eléctricos fabricados en el año 2001 que usaron oro en su fabricación consumieron  el 5,3% de la producción mundial, lo cual equivalió a 197 toneladas, comparado con el consumo para el mismo fin en el año 2011 que correspondió a 7,7 %  lo cual equivalió a 320 toneladas, y que el precio del oro se incrementó en ese mismo período desde algo menos de $300/onza  a más de $1 mil 500/onza.
Esto significa una inversión anual de 21 millones de dólares en la compra de oro y plata para este fin y tan solo se reporta el 15% como reutilizado. Dicho en otras palabras 85% del oro y la plata cuyo valor sube constantemente, usado en equipos tecnológicos se entierra o contamina en los basureros de las distintas ciudades del mundo.
No podemos pelar el boche y dejar de mencionar el dato, adicionalmente a  lo ya mencionado se ha reportado en la Unión Europea que si reciclara el 50% del plástico existente en su chatarra electrónica se ahorrarían 5 millones de kilovatios hora de energía, 3 millones de barriles de petróleo en materias primas y casi 2 millones de toneladas en emisiones de gases con efecto invernadero.
En conclusión somos doblemente ineficientes, pagamos caro por los materiales que extraemos de los ecosistemas para ser usados en la industria tecnológica y luego los botamos y enterramos contaminando y contribuyendo al aumento de su precio en el mercado. Así son las cosas!

Tierras raras, relación Japón-China
Un ejemplo interesante de conocer en el ámbito de la economía y los negocios que ha empujado también a este tipo de emprendimiento denominado “minería urbana” es la relación que conecta a China y Japón en el mundo de la competencia por la innovación tecnológica y la dependencia de la misma.
Las tierras raras o grupo de elementos que intervienen en la fabricación desde autos hasta teléfonos celulares pasando por una gran gama de productos, tienen propiedades específicas que mejoran el desempeño de sus partes como es el caso de magnetos, láseres, baterías para motores eléctricos, discos duros, convertidores catalíticos y una lista de otros componentes. La escasez de países ofertantes de estas tierras raras ha presionado sobre sus precios en el mercado impactando cada vez más a países generadores de nuevas tecnologías y productos que las utilizan. Este es el caso entre china y Japón.
China, la mayor productora de tierras raras con un 97% del mercado y poseedora de un 37% de las reservas internacionales domina el mercado de las tierras raras. Japón por su parte, mayor consumidor y comprador de tierras raras que sustentan su creciente desarrollo tecnológico depende de China. Para romper esta relación de dependencia Japón ha volteado hacia la minería urbana como una de las estrategias para asegurar la consolidación de su desarrollo tecnológico.

Buscando en la basura
Así Japón encuentra en la chatarra electrónica que tiene a patadas una aliada cautiva. Construyen entonces plantas para exprimir literalmente a través de procesos industriales los minerales, metales y tierras raras que la basura electrónica posee. De esta forma Japón pasa a ser también importadora de “e-waste” o chatarra electrónica, cambia su paradigma y aborda el problema desde la oportunidad productiva y el desarrollo sustentable.
Esta industria nueva a partir de la “minería urbana” por una parte viene a ser un círculo virtuoso a través de la cual va disminuyendo la cantidad de contaminación y pérdida de los minerales extraídos, y por la otra va aumentando la producción limpia y la ecoeficiencia en el proceso de fabricación de aparatos tecnológicos, industria creciente que no está demás decir que ha generado hasta el momento una alta tasa de producción de basura mundialmente, afirmación que se puede evidenciar cuando se sabe por ejemplo que este año se han reportado vendidas 100 millones de los equipos conocidos como tabletas y que se proyecta se duplicarán las ventas para el 2014.

De la “gestión integral de residuos”
El cambio de paradigma viene progresivamente instalándose en el mundo. Somos impacientes pero muy participativos y activos catalizando el cambio, ayudando a acelerarlo hasta en el verbo, introduciendo terminología nueva en el área como un instrumento muy eficaz a la hora de transmitir el conocimiento, las ideas; en este caso la terminología nueva tiene marca personal y justo es reconocer la autoría de Alexis Vandendaelen, empresario perteneciente a la empresa belga denominada Umicore Precious Metals Refining a quien se le acuña el remplazo del concepto “gestión de residuos” por el de “gestión de recursos” concepto que comparto al igual que comparto el ver este tema de la basura como una oportunidad y no como un problema.
Bióloga. Ecóloga. Premio Europa al Desarrollo Sustentable. Actualmente se desempeña como Directora de Ecología y Ambiente de la Gobernación de Miranda. Twitter @eapallotta

Evelyn Pallotta (*)
eapallotta@gmail.com

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