Situaciones difíciles nos pasan a todos y a todas, pero la diferencia está en cómo las abordamos. Hay quienes se echan a morir y no ven soluciones a sus problemas, los cuales se convierten en excusas para su propia infelicidad, pero hay quienes logran sobreponerse al dolor y a la adversidad y luchan para obtener justicia
Como consecuencia de torrenciales aguaceros, en enero de 1985, más de cuarenta familias quedaron sin viviendas en algunos barrios de Catia, en Caracas. Este hecho motivó a integrantes de equipos pastorales de las comunidades de Tacagua, Nuevo Horizonte y Ojo de Agua a agruparse con miembros y miembras de la Comisión de Derechos Humanos de los Misioneros de Maryknoll, con el padre Esteban Wood, del Instituto Pedagógico de Caracas , y la organización de Derechos Humanos Anuncia y Denuncia de la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, para intentar solucionar el problema.
Los laicos y laicas de Maryknoll, Bárbara Pope y Miguel Sweeney, y un integrante del equipo pastoral de Tacagua, Eduardo Gerlock, propusieron la idea de concentrar distintos grupos para buscar soluciones y apoyar a las familias desalojadas. Fue así como se definieron las metas y las actividades a corto y largo plazo que desarrollaría un grupo bautizado como la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz.
La primera reunión se realizó en abril de 1985 en la sede de los Misioneros de Maryknoll. Allí estuvieron presentes personas afectadas por los desalojos en diferentes barrios de Caracas, periodistas, organizaciones de Derechos Humanos, líderes políticos locales, representantes de la Iglesia Católica y de grupos evangélicos. Durante este encuentro el grupo expuso la idea de crear una red de apoyo entre las víctimas de violaciones a los derechos humanos y profesionales dispuestos a colaborar en la búsqueda de soluciones.
En septiembre de 1985, en el barrio Nuevo Horizonte, un joven de nombre Freddy Dugarte fue ejecutado por funcionarios de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (D.I.S.I.P). Tras no acatar una voz de alto, fue herido levemente, pero entregado muerto posteriormente con un tiro de gracia en la nuca. Las agrupaciones juveniles del barrio y los grupos cristianos de base se organizaron para apoyar al padre de Freddy en la formulación de la denuncia. La recién creada Red de Apoyo se sumó a la campaña de cartas emprendida por estos grupos y la Comisión de Derechos Humanos de Maryknoll para exigir justicia; también asumió la denuncia de Freddy Dugarte y el acompañamiento a la familia. Éste fue el primer caso de la organización. A partir de aquí, al constatar la existencia de numerosas situaciones similares a la de Freddy, la Red de Apoyo centró su trabajo en la defensa del derecho a la vida, derecho a la integridad, libertad y seguridad personal e inviolabilidad del hogar.
El dolor como inspiración
Situaciones difíciles nos pasan a todos y a todas, pero la diferencia está en cómo las abordamos. Hay quienes se echan a morir y no ven soluciones a sus problemas, los cuales se convierten en excusas para su propia infelicidad, pero hay quienes logran sobreponerse al dolor y a la adversidad y luchan para obtener justicia, lo que se convierte en motor de su vida. La solidaridad fue la semilla de la Red de Apoyo, y la indignación ante la violación del derecho a la vida lo que le dio su razón de ser.
¿Qué hacemos?
Con una perspectiva Inter y multidisciplinaria, la Red de Apoyo:
1. Denuncia jurídica y comunitariamente los casos de violación del derecho a la vida, integridad personal, libertad y seguridad personal e inviolabilidad del hogar; porque estamos convencidos y convencidas de que el silencio es parte del problema y que denunciar es una forma de atacar la impunidad.
Del año 2000 al 2012, hemos atendido 751 casos de violaciones a los derechos humanos, siendo 234 de ellos de violaciones al derecho a la Vida, 324 a la integridad personal, 31 de desaparición forzosa, 108 de libertad personal, 17 de inviolabilidad del hogar y 37 de seguridad personal.
2. Atiende médica, psicológica y socio pedagógicamente a las víctimas de tortura y a familiares de víctimas de abusos policiales o militares. Para ello, hemos desarrollado un modelo de atención integral que adaptamos a las necesidades de quienes atendemos con el objetivo de lograr su rehabilitación al disminuir las secuelas psicológicas, físicas y sociales de hombres y mujeres víctimas y familiares de víctimas de violaciones a los derechos civiles.
3. Promueve políticas públicas en materia de derechos humanos.Una estrategia que utilizamos para alcanzar esta meta son las alianzas y el trabajo coordinado con las instituciones del Estado que nos permiten incidir en la trasformación hacia un mundo más justo. La Red de Apoyo forma parte de la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme.
4. Genera procesos de educación en derechos humanos. Desde un enfoque de educación popular trabajamos con organizaciones comunitarias, redes, movimientos sociales, funcionarios y funcionarias de policía, educadores y educadoras, para formarlos y formarlas en los derechos humanos y proponerles maneras de incorporarlos en sus labores diarias. Actualmente la Red de Apoyo, junto con la Universidad Experimental de la Seguridad, forma policías de Guarenas, Guatire y Barlovento en Derechos Humanos. Asimismo, desde la Red de Apoyo acompañamos a las comunidades organizadas, y a los y las docentes formados en derechos humanos durante el 2011, quienes realizan su manual de convivencia escolar.
5. Realiza actividades de difusión de los derechos humanos para el ejercicio de una democracia participativa que promueva la dignidad humana. Evidenciamos, a nivel nacional e internacional, la situación de violación de los derechos civiles que atiende la Red de Apoyo, los mecanismos de impunidad en Venezuela y las propuestas para su superación. A la par, impulsamos una matriz de opinión que favorezca una cultura democrática, de paz y respeto a los derechos humanos, en el ámbito nacional e internacional.
¿Cuándo asumimos un caso?
La Red de Apoyo asume un caso cuando:
Se evidencia una violación de derechos humanos, específicamente cuando se trata de ejecuciones sumarias, torturas y maltratos, detenciones arbitrarias y allanamientos ilegales.
Estas acciones son cometidas por funcionarios o funcionarias policiales o militares o por una persona particular instigada por éstos o éstas.
Las víctimas y/o sus familiares tengan la disposición de darle seguimiento sistemático al caso y participar en las acciones que sirvan de presión ante la administración de justicia, para sancionar a quienes sean responsables, rehabilitar a las víctimas y evitar que ocurran nuevos atropellos.
¿Cómo contactarnos?
Puedes dirigirte a Parque Central, edificio Caroata, Nivel oficina 2, oficina 220. Caracas, Venezuela, llamarnos al (0212) 574-80 05 ó visitar nuestra página web: www.redapoyo.org.ve
Fuentes: Página Web Red de Apoyo por la Justicia y la Paz
La Voz de los Derechos Humanos
Red de Apoyo por la Justicia y la Paz
www.redapoyo.org.ve 8 comunicacion@redapoyo.org.ve