No entregues tu voluntad en un poder

Mónica Fernández / Twitter: @monifernandez

 

No se deje engañar, no todos los abogados son honestos, ni todos los familiares obran de buena fe. No hay que saber de derecho, sino que hay que tener sentido común, olfato de riesgo, una pizca de maldad que no hace daño, esa que nos permite defendernos de aquellos que actúan con extremada mala fe

 

Uno de los casos más lamentables que me ha llegado a Se Ha Dicho, en Televen, me sirve para advertir algunas cosas vinculadas con el otorgamiento de poderes de representación para que otro ejecute actos en nombre de uno mismo.

El caso llegó a través de un adolescente de 15 años que ve el programa y que desesperado por lo que hizo su madre recurrió insistentemente hasta que logramos encontrarnos y pude comprobar con mis propios ojos lo que no quería creer de la historia que por correo el chico me había narrado. Su madre entregó un poder amplio, general, de absoluta disposición y decisión a un abogado. Con ese poder, el abogado, sin consultarle, hizo la venta del único apartamento que la señora tenía y donde vivía con su hijo quienes terminaron desalojados por la nueva dueña que le compró el inmueble al “abogado” quien además no entregó ni un solo bolívar a su dueña.

Este joven y su mamá viven arrimados en un anexo, por el grave error de entregar un poder amplio y general perdieron lo único que tenían y a cambio sólo tienen problemas: económicos, de vivienda, crisis de salud producto del stress y un sinfín de diligencias que no dan ningún resultado porque nadie puede entender cómo se le ocurrió firmar un poder como un cheque en blanco con la total disposición de un extraño a disponer hasta de su vida misma.

 

“Abogado” sin escrúpulos

Cuando leí el poder sentí mucha vergüenza de quienes sin ética engañan a inocentes de buena fe. En sólo cinco líneas esta señora entregaba todo, sin reservas, y de manera resaltada se encontraba la terrible coletilla “sin limitación alguna”. Así actuaron, sin límites, sin moral, sin ética, sin humanidad, quitándole todo a quien ya no tenía nada.

Ejercieron una acción penal por estafa, sin asesoría alguna, donde la fiscal del caso no evaluó nada más allá de “existe un poder y usted lo firmó” por ende sobreseimiento de la causa. El abogado amenaza con su profesión, la reta a que ejerza acciones y lo adereza diciéndole “yo no me estoy negando a pagar, pero no tengo dinero”, tanta supuesta habilidad sólo es maldad, ardid, engaño, suficiente, a mi entender, para considerar que sí hubo una estafa y que se abusó de la buena fe de una persona que no tenía ni idea de lo que hacía, menos aún de que se quedaría sin propiedad y sin el dinero cobrado por la venta de ésta.

 

No se deje engañar

Hay cientos de personas que aún viven en la candidez de pensar que un título profesional, un vínculo de afinidad o consanguinidad, otorga una garantía de moralidad y protege de la maldad. No se deje engañar, no todos los abogados son honestos, ni todos los familiares obran de buena fe. No hay que saber de derecho, sino que hay que tener sentido común, olfato de riesgo, una pizca de maldad que no hace daño, esa que nos permite defendernos de aquellos que actúan con extremada mala fe.

Un poder es un instrumento muy peligroso con el cual se puede hacer en nuestro propio nombre todo aquello que el mandatario considere pertinente. Es desdoblarse en otro, entregar la propia voluntad y capacidad de decidir y está claramente determinado que nadie actuará en nuestro propio beneficio como si fuera uno mismo, por eso es que hay que ser extremadamente cuidadoso. Algunos abogados tienden a ofrecer la realización de poderes generales, con facultades amplias, para evitar consultar al cliente sobre algunos trámites concretos, pero es preferible no hacerlo porque el exceso de confianza es nocivo a la salud jurídica.

La representación debe ser limitada, concreta, redactada con claridad, por tiempo determinado y con especificación de las acciones a desarrollar en nuestro nombre. Debo invitar a los fiscales del Ministerio Público a tener más amplitud de criterio y evaluación de los hechos y las circunstancias en las que se denuncia estafa o fraude por medio de poder. Indagar e investigar sobre la voluntad real del mandante puede colocarnos ante la buena fe y por ende la posibilidad de sufrir engaño y ser el poder el medio más idóneo para el ardid, recordando que en la estafa se hace todo lo necesario para hacer creer al estafado que se obra de buena fe y dentro de lo legal.

Sobreseer o rechazar una denuncia sin investigación previa, sólo porque haya un poder, deja en estado de indefensión a quienes son engañados y que sólo cuentan con la acción penal para verse reivindicados. La ley hay que saber interpretarla, el derecho es una ciencia social, flexible y rica en posibilidades, limitarse a unas gríngolas sólo nos hará legitimar la desconfianza ciudadana en la ley y en la justicia.

 

TIPS PARA QUE TE DEFIENDAS

1.-No entregue poder amplio ni general, por el contrario, entregue un poder específico. Prefiera siempre el que autoriza una sola gestión. Si se requiere un poco más de amplitud de acción entonces entregue uno específico, pero amplio, que permita una gama de acciones concretas no extensivas a otras.

 

2.-No permita que se coloque en el texto la posibilidad de transferir el poder a un tercero que usted no autorice previamente. Permitir que el mandatario tenga la posibilidad de autorizar a otro, es decir de sustituir total o parcialmente el mandato, usted tendrá un riesgo adicional porque puede suceder que ni conozca al tercero sustituto.

 

3.-No permita que le envíen a una persona desconocida a firmar el poder. Insista en comparecer personalmente ante el Notario, o en todo caso, identifique plenamente al personal de notaría que se traslada hasta su domicilio. Hay muchas estafas que se han generado con las llamadas “notarías paralelas” lo que generará más y peores consecuencias.

 

4.-Sepa siempre dónde otorgó el poder y tenga una copia certificada del mismo. Los datos de la notaría, el tomo, el folio, la fecha de otorgamiento, todos los datos que sirvan para individualizar el mandato son útiles cuando se extravía el poder, o usted sospecha que el mandatario ha hecho un uso indebido.

 

5.-Aunque dé un poder no pierda la capacidad de control de las acciones. Pida cuentas periódicas de las gestiones que se realizan, particularmente cuando ha incluido la posibilidad de cobrar y pagar sumas de dinero en su nombre. La rendición de cuentas le permitirá no descuidar la gestión y anular su voluntad.

 

6.-No se trata de ser desconfiado se insiste en ser precavido en evitar, o por lo menos disminuir el riesgo de que se abuse de su buena fe y que se realicen acciones cuyas consecuencias jurídicas puedan ser dañinas para su vida.

 

7.-Recuerde que el poder se puede anular si hubo coacción, o constreñimiento. También se puede revocar, en este caso es muy importante manifestarlo por escrito con una acción notariada, preferiblemente ante el mismo funcionario que dio fe pública del mandato. Cuando termine su relación con el mandatario no deje el poder vigente, de lo contario puede haber cosas que usted ni sepa que se están realizando.

 

 

PARA QUE TE DEFIENDAS

Mónica Fernández

Twitter: @monifernandez

 

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