Christopher Stevens, que apoyó la revuelta contra el régimen de Muamar Gadafi, y tres funcionarios estadounidenses del consulado murieron en el ataque
TRÍPOLI. El embajador de Estados Unidos en Libia murió en un ataque contra el consulado en Bengasi llevado a cabo el martes por hombres armados que protestaban contra una película que consideraban ofensiva para el islam, desatando la condena enérgica de Washington y numerosos países.
El embajador Christopher Stevens, que apoyó la revuelta contra el régimen de Muamar Gadafi, y tres funcionarios estadounidenses del consulado murieron en el ataque, declaró a la AFP el viceministro del Interior, Wanis al Sharef.
También resultaron heridos cinco civiles norteamericanos, según un responsable de este país. Y murieron varios agentes de seguridad libios, según una fuente diplomática.
Las autoridades libias presentaron sus excusas a Washington y acusaron a partidarios del extinto régimen de Muamar Gadafi y a Al Qaida del ataque efectuado la noche del martes, en el 11º aniversario de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
El Pentágono anunció el despliegue en Libia de una fuerza de marines especializados en la lucha antiterrorista, tras un ataque que fue condenado firmemente por la ONU y numerosos países.
Las protestas contra la película se extendían mientras tanto en los países musulmanes, con manifestaciones ante las representaciones de Estados Unidos en Casablanca, Túnez y Jartum.
En El Cairo, los islamistas se manifestaron por segundo día consecutivo ante la embajada de Estados Unidos, después de un llamamiento de las autoridades a la moderación.
Y el jueves se prevé en Teherán una concentración ante la embajada de Suiza, que representa los intereses de Washington.
La película «Innocence of Muslims» («La Inocencia de los Musulmanes») se refiere a la vida de Mahoma, del que se burla, toca temas como la homosexualidad y la pedofilia y presenta a los musulmanes como inmorales y gratuitamente violentos.
Su realizador es el israelo-estadounidense Sam Bacile, que describe el islam como «un cáncer». Según un colaborador suyo, «está muy disgustado de que el embajador haya sido asesinado», y ha decidido esconderse.
El ataque de Bengasi es el primero de esta envergadura contra una embajada occidental en Libia desde la caída del régimen de Gadafi en agosto de 2011.
En protesta contra la película, que consideraban insultante para el islam, los manifestantes armados atacaron el martes por la noche el consulado y dispararon cohetes contra el edificio, indicaron fuentes de seguridad libias.
Testigos indicaron a la AFP que los manifestantes arrancaron la bandera estadounidense y prendieron fuego al consulado y que se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y hombres armados.
Uno de los testigos dijo que había salafistas entre los asaltantes y habló de pillaje y vandalismo.
Sorprendidos por la violencia del ataque, los miembros de los servicios de seguridad libios, que vigilaban el consulado, abandonaron el lugar, afirmó otra fuente de seguridad en Bengasi.
El viceministro libio del Interior explicó que la situación degeneró cuando los guardias estadounidenses «dispararon contra los manifestantes que protestaban por la película», entre los cuales había «criminales y hombres que se infiltraron».
La muerte del embajador se habría debido a una asfixia por inhalación de monóxido de carbono, según una fuente de seguridad.
«Estados Unidos condena en los términos más fuertes este ataque escandaloso y chocante. Actuaremos para poner a nuestros diplomáticos bajo seguridad con el gobierno libio», dijo Obama durante una intervención desde el Rosedal de la Casa Blanca, junto a la secretaria de Estado Hillary Clinton.
Obama afirmó no obstante que «el ataque no romperá los lazos entre Estados Unidos y Libia».
Clinton atribuyó el asalto a «un grupo pequeño y salvaje».
Mientras tanto, un avión norteamericano llegó a Trípoli para repatriar los cuatro cadáveres.
AFP