Con el retorno a clases en puertas, se recomienda restablecer los hábitos entre los niños, a quienes hay que ofrecerles el número de calorías de acuerdo a las actividades que desarrollan a lo largo del día
Variedad y equilibrio. Esas son las palabras claves cuando de alimentar a un niño se trata, sobretodo cuando el período vacacional más largo del año está por terminar y hay que prepararse para el retorno a las aulas de clase.
Precisamente en esta fecha es cuando suele desatarse una batalla entre padres e hijos debido a que durante el receso escolar la rigidez alimenticia queda a un lado, lo que se traduce en niños comiendo fuera de horario, con menos vegetales y más chucherías en su dieta diaria.
En tal sentido, y a propósito de ayudar a los representantes a regresar a la “normalidad”, la médica nutrióloga clínica de República Dominicana, Raquel Tejada, recomienda “promover una alimentación balanceada que incluya todos los grupos de alimentos, así como la práctica constante de actividad física”.
Sostiene que durante el primer año de vida de un infante la dieta debe estar guiada por su pediatra. “A partir del segundo año la familia toma un papel protagónico en el diseño de su alimentación y en formar los hábitos que le acompañarán durante toda su vida“.
Según la especialista, para determinar la dieta adecuada de cada niño se deben tomar en cuenta factores como edad, sexo, estado de salud, tipo de actividad física que desarrolla y duración de la jornada escolar. Asimismo, señala que la dieta de un niño sano debe satisfacer su demanda energética; sugiere distribuir las comidas en cinco y seis raciones por día: tres comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y de 2 a 3 meriendas de pequeñas porciones entre una comida y otra.
Agrega que “una dieta equilibrada debe incluir las cantidades adecuadas de cereales, leguminosas, frutas, verduras, lácteos, carnes, pescados, aceites y grasas, así como una adecuada hidratación”. También indica que la distribución calórica total diaria debe dividirse de la siguiente manera: desayuno 25%, meriendas entre 20 y 25 %; almuerzo entre 30 y 40% y la cena entre 25 y 30%.
Conciencia calórica
Según la Guía de Alimentación Americana 2010 del Departamento de Agricultura (USDA) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos, la mayoría de las personas no son conscientes de cuántas calorías provenientes de alimentos y bebidas necesitan al día.
De acuerdo con esta guía, un niño moderadamente activo, de 4 a 8 años, podría requerir entre 1.400 y 1.600 calorías al día. El rango para los niños mayores y adolescentes también puede variar considerablemente. Por ejemplo, un niño activo que realiza mucho ejercicio, entre las edades de 9 a 13 años, podría necesitar entre 1.800 y 2.200 calorías diarias. Sin embargo, advierten que estas son solamente estimaciones y recomiendan siempre calcular las necesidades de cada niño individualmente.
La gran influencia
La especialista comenta que casi todas las conductas del ser humano se aprenden, por eso los padres deben inculcar en sus hijos hábitos de vida saludables desde temprana edad que luego podrán continuar con más facilidad en la adolescencia y durante su vida adulta.
“Si queremos mejorar los hábitos de nuestros hijos debemos predicar con el ejemplo porque los chicos aprenden imitándonos. Además, la actitud que los progenitores tomen frente a los alimentos puede condicionar al menor a tener sensaciones agradables o desagradables de estos”, explica la doctora Tejada.
También recomienda que se realice por lo menos una comida en familia al día y que los representantes planifiquen y preparen las comidas y meriendas en conjunto con sus hijos, estableciendo una forma divertida en la que el niño participe activamente escogiendo su propia alimentación.
Por otro lado, propone hacer que la actividad física esté instituida en la rutina familiar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los niños y adolescentes sanos de 5 a 17 años deben realizar un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa. De este tiempo su mayor parte debe ser de tipo aeróbica como caminar, correr o andar en bicicleta.
El que oye consejos…
La experta ofrece una serie de recomendaciones alimenticias adicionales para lograr el equilibrio:
*Es importante variar y combinar los colores de las frutas y vegetales (cada color pertenece a una vitamina diferente).
*Ofrézcale a su hijo frutas, así le asegura un adecuado aporte de fibra.
*Es preferible que los cereales (pan, galletas, pasta, arroz) sean integrales.
*Adquiera los lácteos y sus derivados (leche, yogurt, queso) bajos en grasa. Si no tolera la lactosa puede utilizar productos libres de lactosa o soya.
*Prepare los alimentos altos en proteínas (carnes, pescado, mariscos y huevos) reducidos en grasa y a la plancha, al vapor, horneados o asados.
*Almuercen o cenen pescado 2 veces por semana.
Johana Rodríguez