La ciudadanía debe entender que ser golpeado no es una condición normal
Diferencias personales, celos, efectos de bebidas alcohólicas o de sustancias psicotrópicas, son algunos de los argumentos que manifiestan tanto las víctimas como los victimarios del delito de violencia de género una vez que se encuentran en la estación policial.
Mujeres apenadas, damas en estado de pánico, vecinos reportando situaciones violentas entre padres e hijos, abuelos señalando que son maltratados y hasta hombres acusando a sus parejas por agresión verbal y física son sólo algunos de los casos que se reportan a diario en todas las oficinas de atención al ciudadano de la Policía del estado Miranda.
Al respecto, el director de operaciones del referido ente de seguridad, comisionado agregado Francisco Escalona, explicó que desde el mes de enero hasta la fecha han atendido en la región de Altos Mirandinos 46 casos, en Valles del Tuy 127, en la zona de Barlovento 29, en Guarenas –Guatire 30 y en el Área Metropolitana unos 20, totalizando así en todo el estado 252 casos relacionados con dicho delito. “Cifra que indica el arduo trabajo de los uniformados, quienes de manera inmediata dan respuesta”, expresó.
Escalona detalló que en el mismo lapso de tiempo del año 2011 contabilizaron 395 casos en toda la entidad mirandina, los cuales al ser comparados con los del año en curso arrojan un descenso significativo en este delito registrado mayormente los fines de semana.
Algunas denuncias
Recordó que entre los casos se encuentra la denuncia de una dama que llegó a una estación policial de Ocumare del Tuy con lesiones en el rostro, manifestando que su concubino la había golpeado tras sostener una discusión, momentos en que dos comisiones se activaron, una destinada a trasladar a la mujer a un centro de salud a fin de que recibiera asistencia médica y la otra rumbo a detener al sujeto, quien quedó tras las rejas y a la orden del Ministerio Público.
Una vez que las víctimas reportan el hecho, se les orienta acudir a los órganos encargados de la violencia doméstica, donde reciben ayuda psicológica y asesoría legal con el objetivo de que puedan tener una vida tranquila.
¿Una condición normal?
Una tarde llega una dama golpeada y traumatizada porque su pareja la agredió e insultó, y le manifiesta a los funcionarios que desea formular una denuncia en su contra, recibiendo por parte de los uniformados la atención necesaria; la mañana siguiente se aproxima de nuevo la mujer, pero esta vez a llevarle comida a su concubino que está detenido o en el peor de los caso a retirar la acusación por miedo.
Así lo narró el jefe policial, quien explicó que la mujer debe entender que ser golpeada no es una condición normal. En tal sentido, Escalona hizo un llamado a las personas que son maltratadas a que asuman el compromiso de su denuncia y dejen que las autoridades apliquen las medidas que establece la ley a los victimarios.
Por otra parte, explicó que la formación y la educación en casa son bases fundamentales para evitar este delito. “La mayoría de los agresores siguen patrones de una conducta, por lo que es necesario que en los hogares se superen estos paradigmas y el aprendizaje se enfoque en el respeto”, puntualizó el director de operaciones.
Prensa Iapem / Gabriela Quintana