Autoridades religiosas conmemoraron este fin de semana la especial ocasión
Este domingo 23 de septiembre se llevaó a cabo la misa de Acción de Gracia del párroco José Antonio Regalado Delgado, con motivo de sus 50 años de vida sacerdotal. La misma fue presidida por el monseñor Gustavo García Naranjo, en la iglesia Nuestra Señora del Carmen, de Higuerote.
La Celebración Eucarística estuvo cargada de hermosos recuerdos que giraron entorno a la vida consagrada de quien durante 37 años ha acompañado al pueblo de Higuerote en la orientación espiritual.
Llegó a Venezuela en el año 1975
Llega a nuestro país en el año 1975. Hace su labor pastoral durante 3 meses en Tacarigua y luego 37 años en Higuerote. Las Hermanas de Bélgica (Religiosas de Vorselaar) llevaban ya un año y un día en Higuerote. Con ese grupo de misioneras y la generosa respuesta de las comunidades y turistas se acometieron: actividades pastorales, culturales, de formación humana y capacitación para el trabajo, se dio preferencia a la acción social, a la participación litúrgica y a la catequesis: prebautismal, de comunión (modalidad en Catequesis Familiar), confirmación y prematrimonial.
“El cura chiquito”
vino desde España
Un grupo de seminaristas, ya diáconos, entre ellos: Gonzalo Morales Hernández y José Antonio Regalado Delgado, reciben la “Ordenación Sacerdotal”, en la Catedral de La Laguna (Tenerife), el 22 de septiembre de 1962. Celebran sus primeras misas y prontamente se incorporan a sus destinos pastorales. Gonzalo va a la Isla de La Palma y José Antonio a la Isla de El Hierro.
Regalado, o “el cura chiquito”, como le decían en El Hierro, pasa cinco años entre Valverde y Mocanal. Después es trasladado a Vilaflor, Tenerife (el municipio más alto de España y cuna del primer Santo canario, el hermano
Pedro, quien murió en Guatemala. Posteriormente es nombrado párroco de El Paso, en la Isla de la Palma. Y últimamente en otra isla: Tenerife, donde ejerce en la Matanza de Acentejo. En total, su actividad en Canarias dura 13 años.
Mensaje del sacerdote
“Ha llovido mucho desde ese año. Entre ustedes y con ustedes he tratado de sembrar buenos frutos, no siempre con aciertos y con omisiones; pero Dios perdona, aunque el almanaque no. Y así llegamos a los 50 años de sacerdocio, inevitablemente sin la vitalidad de años jóvenes, pero es la ley de la vida y hay que dejar paso a las nuevas generaciones con capacitación para las necesidades de hoy. Han soportado mis debilidades y mucho he aprendido con ustedes. Gracias por todo. Gracias al Señor por la vida y el sacerdocio. ¡Gracias!”: Padre José Antonio Regalado Delgado.
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