Durante esta semana presuntamente un nutrido grupo de privados de libertad debió volver a sus penales, sin ser atendidos en la sede de la extensión Barlovento del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del estado Miranda
Como consecuencia de la espera infructuosa para ser atendidos por los tribunales que llevan sus causas, cerca de 160 detenidos que durante esta semana fueron trasladados a la sede de la extensión Barlovento del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del estado Miranda, vivieron el hacinamiento en calabozos de dicha sede judicial, y protagonizaron una trifulca entre ellos, que presuntamente se prolongó por varias horas.
De acuerdo a lo que trascendió desde la sede tribunalicia, nuevamente esta semana los internos trasladados desde penales como Tocorón, El Rodeo y Yare, estuvieron esperando por horas para que pudieran ser atendidas sus causas por los jueces de cada caso, pero lamentablemente un alto porcentaje de ellos vieron diferidos sus causas una vez más.
Episodio del 27
El pasado jueves 27 de septiembre, aparentemente a eso de las 11:00 de la noche, los internos fueron informados de que no serían atendidos por sus tribunales y debieron ser llevados de nuevo a sus penales.
Familiares de los privados de libertad que se apostaron a las afueras de la extensión Barlovento del Circuito Judicial Penal, indicaron sentirse sumamente contrariados por lo que ha venido ocurriendo desde hace varios meses, y temiendo que por este presunto retardo que están denunciando, sus seres queridos se vean perjudicados, arriesgando sus vidas en los penales.
Estas personas, quienes pidieron ser mantenidas en el anonimato por temor a que se tomen represalias contra sus familiares privados de libertad, insistieron en elevar su llamado a los entes competentes y al Presidente del país, para que se tomen los correctivos a que haya lugar, antes de que el panorama empeore.
No pueden comer
También denunciaron los familiares que cuando los internos son trasladados durante todo un día a la sede judicial ubicada en la urbanización industrial Cloris, de la ciudad de Guarenas, sólo pueden comer galletas y tomar algo de agua, por cuanto no se les deja pasar otro tipo de alimento o bebida, lo cual se traduce en un gran malestar para ellos.
El llamado de los denunciantes fue enviado igualmente a los jueces de la extensión Barlovento y a la coordinación de esta sede tribunalicia, para que haya una mayor organización en la atención de caso, y se le garantice justicia a todos los privados de libertad que son procesados en la actualidad.
Janeth Solórzano
janethmaye@yahoo.com