A una semana de las elecciones el pueblo se prepara para expresar su voluntad. La campaña electoral llena de matices variopintos y de denuncias comprobadas, reflejan el enfrentamiento entre dos tesis políticas. Embarcarse en el autobús del regreso significa eliminar todo vestigio de humanidad y volver a un sistema donde se irrespetan los derechos humanos. Las memoria colectiva permanece incólume ante las pretensiones de la derecha de imponer de nuevo un régimen de corte capitalista cuyos caminos conduzcan hacia la degeneración del país. Cuarenta años de “democracia” corrupta hipotecaron la dignidad de Venezuela.
Desde la llegada de Hugo Chávez, cambió la concepción del Estado. El colectivo accedió a los servicios básicos. La redistribución de la riqueza se hizo más equitativa y por lo tanto, llegó a los estratos más golpeados de la población. Nunca antes un presidente se preocupó tanto por su pueblo. Jamás mandatario alguno se acercó a la gente llana. Intentarán negarlo pero los hechos hablan por sí solos. Sabemos que la oposición golpista tiene una agenda ya no tan oculta cuyo objetivo básico es acabar con cada una de las misiones implementadas por Chávez y su proceso revolucionario.
Hasta ahora el candidato de la derecha no ha presentado un programa de gobierno que mejore sustancialmente al aplicado por el Comandante. Divagando entre matrices de opinión mediáticas y generando zozobra se le ha ido la campaña. Sus propuestas básicas se pierden en un limbo de mentiras pues se ha limitado a sugerir que no eliminará las misiones mientras subrepticiamente se alía con el imperio para entregar sin conmiseración las riquezas de la nación.
Hugo Chávez representa el corazón del pueblo. En él, están puestas las esperanzas de millones de venezolanos. Al camarada presidente le debemos la madurez política que hoy tenemos. Así, no estamos dispuestos a perder los logros alcanzados hasta ahora. Viviremos para llevar adelante el proyecto de patria soñado por nuestros libertadores. No estamos dispuestos a ceder ningún espacio. El siete de octubre reivindicaremos de nuevo la patria grande.
José Gregorio González Márquez
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