Los detalles del descubrimiento y las peculiaridades de ese tipo de implantes aparecen en un artículo publicado en la revista Science. «Llamamos a nuestro invento ‘electrónica temporal'», asegura John Rogers, el jefe del grupo de científicos de la Universidad de Illinois, EE.UU., que trabajó sobre la idea varios años, experimentando con una variedad de compuestos orgánicos e inorgánicos.
Según los científicos, todos los componentes de esta electrónica tienen que salir fácilmente del cuerpo sin causarle daño. Además, el dispositivo debe ser bastante flexible y compacto para la implantación exitosa bajo la piel u otras partes del organismo humano.
Los autores del estudio pudieron poner en práctica todas las propiedades necesarias de la electrónica ‘disoluble’ usando tres componentes principales: magnesio, silicio ultrafino y polímero a base de seda. El magnesio y la ‘seda’ son seguros para el cuerpo y pueden ser procesados por enzimas celulares, mientras el silicio es químicamente inerte y gradualmente se desintegra bajo la influencia de moléculas de agua.
Para demostrar su invento los científicos han producido un implante que tenía que reconocer bacterias y lo implantaron bajo la piel de una rata. El dispositivo no molestó al roedor, al contrario, seguía con éxito las bacterias y lo más importante: se disolvió cuando llegó el tiempo.
Además, los bioengenieros advierten de que el uso de tales dispositivos no está limitado a la esfera de la medicina. En particular, también los teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos portátiles basados en componentes solubles pueden desecharse, cavándolos en el suelo o echándolos al agua. Agencias
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Todos los componentes de esta electrónica tienen que salir fácilmente del cuerpo