De las peores cosas que nos pueden ocurrir a los venezolanos es que nos acostumbremos a que la violencia sea lo normal, a que maten a un amigo, familiar, a un vecino y que no nos sorprendamos por esto
El Presidente de la República ha repetido varias veces que uno de los objetivos de la revolución es salvar al mundo. Sí, salvar al mundo. Por su parte, Henrique Capriles, el candidato de la unidad, ha afirmado que él está para trabajar por los venezolanos. En un país en donde la inseguridad está a la vuelta de la esquina, es asombroso que el primer mandatario no busque resolver los problemas de su patria sino ayudar a Bolivia, Nicaragua o Cuba.
Que un venezolano esté de camino a su casa, sentado en la camionetica y que, sin mediar palabras, le quiten la vida es inaceptable. Esta historia, que sucedió el martes 18 de septiembre a un joven de Guarenas, se ha repetido innumerables veces en los últimos 14 años. Otro caso es el del policía asesinado este sábado 22 de septiembre en Trapichito. ¿Cuántos guareneros más tendrán que perder la vida?
Un par de zapatos, el teléfono, el bolso o simplemente porque había una rencilla, son algunos de los motivos por los que a muchos jóvenes les han arrancado la vida. Y lo peor de todo es que estos cuentos se están volviendo cada día más comunes.
De las peores cosas que nos pueden ocurrir a los venezolanos es que nos acostumbremos a que la violencia sea lo normal, a que maten a un amigo, familiar, a un vecino y que no nos sorprendamos por esto.
Debemos entender que el principal deber del Estado es garantizarnos la seguridad. Este gobierno está raspado en esta primigenia tarea, es increíble como no han podido hacer su trabajo. ¿Cuántos de nosotros no hemos escuchado que mataron a fulanito para robarle el carro? ¿O que al hijo de la vecina le dispararon para quitarle el celular?
Para este gobierno la vida no vale nada y ya nos cansamos. Estamos tan cansados que no creemos en promesas que jamás cumplirán. Según el Presidente su meta es salvar al mundo, ahora me pregunto yo ¿Quién salva a los venezolanos?
Por esta razón, y muchas otras más, es que el 7 de octubre es el día en el que le diremos sí a una Venezuela de progreso. Es el día en que con nuestros votos daremos el primer paso para construir el país que merecemos. Ese domingo debemos despertarnos, pensar en nuestras familias y el futuro que queremos que ellos vivan: queremos un país con empleo, con Misiones garantizadas para todos los venezolanos sin distingo de color político, con medios de transporte que funcionen, con escuelas para nuestros niños pero, sobre todo, un país en el que la vida comience a valer.
Alejandro Mejía
Twitter: @AlejandroMejia