A pesar de contar con un estación de bombeo en el sector, los vecinos manifestaron que el vital líquidos sólo les llega “de a chorrito” y en altas horas de la noche, por lo que se han visto en la obligación de improvisar diferentes sistemas de almacenamiento
“En la comunidad de Campo Rico ahora vivimos como los vampiros, de noche y con sed, pero no de sangre sino de agua”, así se manifestaron lo vecinos de este sector perteneciente al municipio Sucre del estado Miranda, refiriéndose a la situación que los aqueja y que mantiene a la comunidad “en una eterna sequía”.
Aunque cuenta con una estación de bombeo, que debería beneficiar a las 1700 familias que hacen vida en el sector, varios residentes aseguraron que desde hace aproximadamente cinco años, el vital líquido sólo llega en horas de la madrugada y con una intensidad leve, por lo que no es suficiente para suplir las necesidades básicas, como el aseo personal y limpieza doméstica.
Por ende, se han visto en la necesidad de “hacer maromas” para crear sistemas de almacenaje. Tanques, tobos, jarras y hasta garrafitas, se han vuelto una buena opción entre los habitantes para guardar las escasa gotas que llegan hasta sus casas.
“Quien vive por aquí sabe que es ley estar pendiente de cuando llegue el agua, para llenar hasta el más mínimo vasito porque uno nunca sabe cuando va a volver, puede pasar hasta 15 días y nada. Yo hasta tuve que invertir en una bomba, porque el tanque lo tengo abajo (…) Y los de la parte alta somos los más perjudicados, nos sentimos marginados y en el olvido”, manifestó Ligia Franklins, vecina.
Causas del problema
La escasez como tal no parece ser la causa del problema, ya que en la zona – al final de la calle 2 de Mayo- se encuentran dos celdas contenedoras de agua llenas, sino que es la capacidad de distribución lo que está generando dicha situación.
Según explicó Henry Zapata, presidente del consejo comunal de la zona, los motores responsables del bombeo del agua “ya extinguieron su tiempo de vida útil”, pues llevan más de ocho años sin recibir el mantenimiento necesario para velar por su buen funcionamiento; lo que corresponde a Hidrocapital que presuntamente es la entidad responsable en este caso.
“Esas bombas fueron instaladas en el tiempo que Enrique Mendoza era gobernador, obviamente ya no funcionan como antes; pero cuando vienen a revisar lo único que hacen es echarle una pinturita y chao, no atacan el fondo del problema (…) Y puedo comprobarlo, pues esta en una dificultad tangible, ya que al entrar al tanque se ve que el lodo tiene más de un metro de altura”, señaló el vocero.
Ayuda insuficiente
Zapata indicó que movidos por su desesperación, han recurrido por diversos medios a solicitar ayuda a diferentes entidades de la jurisdicción, pero no han obtenido respuestas.
Tal es el caso de la Alcaldía de Sucre, a la cual aseguró, han enviado diferentes comunicados en varias ocasiones manifestando su problema, pero sin lograr éxito alguno. Asimismo, precisó que Hidrocapital también ha sido notificado en diferentes ocasiones, pero no han conseguido más que promesas incumplidas y “portazos en la cara”.
“Ya ni siquiera sé a quien acudir, sólo la gobernación de Miranda nos brindó apoyo con unos tanques y al menos así ayudamos a algunos vecinos, pero nunca es suficiente. Por eso e intentado llegar hasta Miradores y preguntarle personalmente al Presidente ¿por qué en vez de invertir en tanques de guerra, no compra miles de tanques de agua? pues eso sí beneficia al pueblo directamente”, concluyó el dirigente.
“Inundados pero de problemas”
La falta de agua no es el único problema que aqueja a los vecinos del sector Campo Rico del municipio Sucre, pues las fallas en el suministro eléctrico, la inseguridad y las casas en alto riesgos también inundan a esta comunidad, pero de problemas.
El dicho “caras vemos corazones no sabemos”, se adapta perfectamente a la situación que sufren las personas que viven en la parte alta de esta zona, conocida como Barrio Nuevo, pues entre los recónditos callejones hay casitas con muy buenas y bonitas fachadas, pero esconden un grave realidad.
Estos hogares se encuentra –literalmente- al borde del abismo, pues las lluvias han dejado como consecuencia el deslizamiento de varios taludes, que han puesto en peligro varias moradas. Sus habitantes aseguran que tienen orden de salida, pero no lo acatan “porque no tienen a donde ir”, por lo que solicitaron ayudan a las entidades competentes.
La luz es otro inconveniente, pues a pesar de que muchos hogares están constituidos en el lugar desde hace más de 35 años todavía no poseen el servicio de forma legal, aunque lo han solicitado reiteradamente a la empresa surtidora. Por ende, los vecinos manifestaron que constantemente “se quedan a oscuras” ya que el poste al que están conectados se encuentra sobresaturado.
Abuelita solicita ayuda
Juana Sierra, residente de Campo Rico, necesita ayuda para mejorara sus condiciones de vida. Su humilde hogar, donde habita con su hija y dos nietos, se inunda cada vez que llueve, ya que el agua que desliza de los plástico impermeabilizadotes del talud que esta sobre su casa, entra formando una especie de cascada.
Por lo que solicita que las autoridades se aboquen a construir el muro de contención a fin de que se apacigüe el problema. “Soy una anciana que depende de un bastón para caminar, me da pánico cada vez que llueve porque tengo que recurrir a los vecinos para que me ayuden a sacar el agua, ya que con mis condiciones no puedo hacerlo. Además temo por mi salud y las de mis nietos”, destacó.
Ni para cocinar
Henry Zapata
“Nunca contamos con agua que es un recurso tan elemental para sobrevivir”
Ligia Franklins
“El agua se puede tardar en venir hasta 15 días, por eso cuando llega llenamos todo”
Juana Sierra
“En todas los lugares posibles almacenamos agua, porque ni para cocinar tenemos”
Anabel Barrios Díaz
abarrios@diariolavoz.net
Fotos: Jaime Manrique