WHASHINGTON. Al menos 119 casos de meningitis fúngica, entre ellos 11 muertes, fueron registrados en Estados Unidos por una epidemia causada por inyecciones de esteroides contaminados, según el último balance de las autoridades el martes, que muestra un agravamiento de la situación.
El balance anterior del organismo federal de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señalaba 105 casos y ocho muertes.
Hasta 13.000 personas podrían haber recibido potencialmente las inyecciones contaminadas entre el 21 de mayo y el 24 de septiembre, indicó a la AFP Curtis Allen, un portavoz del CDC, señalando «que sólo un pequeño número debería enfermarse».
Diez son ya los estados afectados por esta epidemia, con Tennessee (sur) registrando el mayor número de casos (39), seguido por Michigan (25, norte), Virginia (24, este) e Indiana (12, norte).
Los otros casos fueron detectados en Florida (sudeste), Maryland (este), Minnesota (centro-norte), Ohio (norte) y Nueva Jersey (este).
En su último boletín, el CDC instó a los médicos a «contactar activamente» a los pacientes que pudieran haber recibido dosis potencialmente contaminadas, y utilizadas normalmente para curar el dolor de espalda, desde el 21 de mayo pasado en una veintena de estados.
La meningitis fúngica, que no es contagiosa, inflama las membranas protectivas que recubren el cerebro y la médula espinal y es una extraña infección que normalmente tarda en detectarse hasta que es demasiado tarde, debido a que sus síntomas, similares a los de la gripe, pueden ser leves al comienzo.
La pronta detección y tratamiento, que requiere hospitalización, puede impedir que la infección cause daños permanentes.
Las autoridades sanitarias estadounidenses anunciaron la semana pasada haber descubierto el origen de la infección, un hongo parasitario encontrado en una muestra de esteroides fabricada por la empresa New England Compounding Center, con sede en Massachusetts (noreste).
La compañía ha retirado todos sus productos del mercado y cerrado sus operaciones mientras se realizan más pruebas para determinar el origen del problema.
AFP