Ganó la democracia, pues todos entendimos que en democracia gana la mayoría y es la mayoría quien decide quién nos gobierna. Venezuela demostró una gran madurez y una capacidad inquebrantable de mantenerse apegada a principios democráticos
Duele, claro que duele muchísimo.
El domingo escribimos una nueva página en la historia política de este país. La escribimos los venezolanos que nos movemos en la dirección de lograr una mejor patria. Ganadores y perdedores le pusimos letras a las páginas. Venezuela parece no estar lista para un cambio pues un poco más de la mitad de la población electoral, escogió la continuación de este mandato que mucho rechazamos. Otros decidimos aceptarlo en democracia.
El domingo ganó la democracia, pues todos entendimos que en democracia gana la mayoría y es la mayoría quien decide quién nos gobierna. Venezuela demostró una gran madurez y una capacidad inquebrantable de mantenerse apegada a principios democráticos. Pisamos el terreno que nos ayuda a mantenernos lejos de lo que le ha pasado en otras sociedades que optan por la violencia para escribir sus ideas con sangre.
El domingo le demostramos al gobierno que una gran cantidad de venezolanos adversa su manera de conducir nuestros destinos y debe considerarnos como parte del pueblo que dice amar. Despreciar a casi la mitad del electorado, que ha venido creciendo de elección en elección, es simplemente cerrar los ojos ante los que contribuimos en todas las esquinas de este país a formar la Venezuela de todos. La debe tener clarita, o cambia su manera de gobernar, o este tolete de pueblo lo bajará con los votos. Cada vez somos más.
El domingo también nos dimos un líder. Capriles demostró de qué madera está hecho y la capacidad para levantarse y seguir luchando. Capriles nos ayudó a entender que este necesario luto no debe pasar del lunes, pues allí está nuestra generación de relevo esperando por nuestro trabajo. Tenemos dos elecciones a la vuelta y continuar ganando terreno político es necesario para los que aspiramos un país de progreso. Que nadie arrugue.
Aceptemos la derrota, recojamos los vidrios y comencemos con tesón a prepararnos para el futuro electoral. Contrario a los que sucedió en otras elecciones, el liderazgo de nuestro candidato quedó intacto y conserva su capital político. Seguimos teniendo un líder con capacidad de mover nuestras conciencias y nuestras emociones. Gracias Henrique, nos diste una gran lección.
Que nadie doblegue su espíritu. Casi siete millones de venezolanos nos arropamos a la sombra del tricolor venezolano y le demostramos al mundo que grande es nuestra capacidad para luchar contra el obsceno ventajismo de este gobierno, que con todos los recursos en sus manos, no pudo levantar su cantidad de electores.
Despierta Venezuela. Atrévete a seguir transitando el camino. Ahora es cuando, nunca permitas que dobleguen tu espíritu
Enrique Pereira