Al menos 17 personas murieron el sábado, cuando un poderoso coche-bomba estalló en un concurrido bazar y frente a una oficina de ancianos tribales vinculados al gobierno en el noroeste de Pakistán, informó la policía.
El estallido en la localidad de Darra Adam Jel fue el más reciente en estremecer la conflictiva zona cerca de la frontera con Afganistán. Además, el atentado mostró que los milicianos representan todavía una amenaza a la estabilidad de Pakistán, un aliado clave de Estados Unidos, pese a las ofensivas del gobierno contra el Talibán y sus simpatizantes.
Ningún grupo se atribuyó de inmediato la responsabilidad del ataque, pero el Talibán paquistaní ha perpetrado ofensivas similares en la región tribal de Darra Adam Jel, para castigar a los líderes ancianos por apoyar a las fuerzas de seguridad en sus operaciones contra los milicianos.
El automóvil repleto de explosivos fue aparcado cerca de la oficina de uno de los llamados comités de paz, que se formaron a instancias de los líderes locales en busca de erradicar a los milicianos de la zona, dijo Fajrudin Jan, administrador del gobierno regional en la zona.
Se desconoce cuántas personas estaban en la oficina en el momento de la explosión, pero Jan dijo que entre los muertos había líderes tribales y transeúntes. Agregó que 40 personas resultaron heridas y que el ataque destruyó 35 tiendas, así como ocho vehículos. Los muertos y heridos, incluido uno en estado crítico, fueron transportados a hospitales en la ciudad noroccidental de Peshawar.
AP