La incuestionable victoria que el presidente de la República, Hugo Chávez, logró el domingo pasado en las urnas despeja el panorama político y deja claro que durante los próximos seis años habrá más socialismo en Venezuela, pero no disipa el halo de dudas sobre la salud del gobernante.
Tras marcar el día a día de la agenda venezolana desde que en junio del año pasado fue hecho público, el cáncer de Chávez desapareció durante la campaña electoral pero la enfermedad de la que se declaró «libre» y de la que apenas ha dado detalles volverá a ser objeto de atención, según analistas consultados por Efe.
«Una vez terminada la incertidumbre de las elecciones, empieza nuevamente la incertidumbre sobre la salud de Chávez que es ahorita uno de los grandes misterios o de los grandes suspensos en el país», considera Alberto Barrera, coautor de la biografía «Hugo Chávez sin uniforme».
Según el escritor y periodista, «nadie sabe muy bien cuál es su estado de salud», ya que Chávez ha administrado «con absoluto cálculo» la información de su enfermedad, que lo ha hecho pasar tres veces por el quirófano así como a someterse a ciclos de quimio y radioterapia, la práctica totalidad de ellos en La Habana.
«En la campaña lo administró de una manera astuta y política. Incorporó su enfermedad al debate y cuando le convino decir que estaba enfermo, lo utilizó, y cuando le convenía decir que estaba saludable, también lo utilizó», apunta Barrera.
El analista considera, así, que el cáncer presidencial salió de la agenda pública y no es abordado ni por el oficialismo ni por la oposición «porque la campaña le indicó a los venezolanos que Chávez está totalmente recuperado».
Creer, pensar o intuir son los verbos que los venezolanos conjugan para interpretar la enfermedad del presidente, de la que solo él habla.
Ningún miembro de su gabinete ha dado detalles sobre su salud, una información que solo tiene un círculo muy reducido, y solo en una ocasión, el 22 de octubre de 2011, un equipo de médicos del Hospital Militar de Caracas, donde el presidente se sometió a su tercer ciclo de quimioterapia, se limitó a decir que su paciente estaba «inmejorable».
«Chávez estuvo a media máquina, pero resucitó al final de la campaña», comenta, por su parte, el profesor de Ciencia Política de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Carlos Romero.
Sin embargo, para el politólogo, «el tema de la enfermedad no ha desaparecido, no se olvidó, simplemente se ha sacado de la agenda política», pese a que, según él, «todo el mundo sabe que el presidente está enfermo».
Mientras siguen abiertas las interrogantes acerca de si Chávez podrá gobernar el país sin problemas de salud hasta 2019 o si una reaparición de su cáncer lo obliga a ausentarse temporal o totalmente del cargo, no se vislumbra, por ahora, ningún líder oficialista que pudiera asumir el poder con su fuerza política. EFE