MADRID. España asestó el martes uno de sus mayores golpes al blanqueo de capitales y la delincuencia organizada con la detención de 80 personas vinculadas a una trama mafiosa de origen chino que pudo llegar a evadir 1.565 millones de dólares en los últimos cuatro años.
El centro de la operación, ordenada por el juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional, tuvo lugar en Madrid y en concreto en el polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada, conocido popularmente como el «China Town» español por el gran número de negocios de venta al por mayor que regentean comerciantes chinos.
En total, Andreu libró 108 órdenes de detención y pidió 120 registros en viviendas y naves industriales de Cobo Calleja, pero también de otros almacenes en Barcelona, País Vasco, Murcia o Málaga.
Se trata de la mayor operación contra el blanqueo de capitales y el delito fiscal dirigida por la Audiencia Nacional, que estima que la red pudo lavar entre 200 y 300 millones de euros (260-390 millones de dólares) cada año, al menos desde que comenzó la investigación en el 2009.
«La cifra podría ser mayor», dijo el fiscal jefe anticorrupción de España, Antonio Salinas, en rueda de prensa. «Se trata de una operación excepcional».
Salinas admitió que hay ramificaciones internacionales de la red y no descartó nuevas detenciones tanto en España como en otros países. En los registrados practicados durante la jornada, la policía se incautó de 7 millones de dólares en efectivo, 202 vehículos de alta gama y se procedió a embargos bancarios de 100 personas y 200 sociedades.
La mayoría de arrestados son de origen chino y se les acusa de delitos de pertenencia a grupo criminal organizado, blanqueo de capitales, contrabando y extorsión, entre otros muchos.
La red importaba de China grandes cantidades de mercancías evadiendo el pago de impuestos tras sobornar presuntamente a algunos funcionarios. Después vendía los productos en el mercado mayorista y minorista español a precios muy competitivos.
Las cantidades recaudadas se escondían en contenedores, coches y furgonetas. El dinero regresaba a China a través de transferencias irregulares, compraventa de inmuebles, emisión de facturas falsas y la colocación grandes sumas en paraísos fiscales.
AP