El presunto homicida, Enrique Venegas, es carnicero en un automercado; un día antes había golpeado a Yoleida Brieño, por negarse esta a mantener relaciones sexuales
El asesinato de Yoleida Briceño Rangel, de 32 años de edad, a manos de su esposo estaba anunciado. Hace varios meses la mujer había sufrido fuertes amenazas de muerte que le impedían huir por su vida. El infortunio la condujo a la muerte dentro de su vivienda, en la Cotta 905, donde su marido le quitó la vida de dos puñaladas, tras una acalorada discusión porque lo había denunciado.
La versión del hecho fue suministrada ayer por la familia de la mujer. Señalan que el asesino, Enrique Venegas, hirió a Yoleida Briceño frente a sus dos hijos menores a las 11:00 de la noche del miércoles y luego fue en busca de su cuñada, a quien le dijo “bajen a buscarla, que la acabo de apuñalar”, contaron.
El hombre a quien señalan como el homicida, es carnicero en un automercado. La mujer tenía siete hijos y vivía con tres de ellos, el mayor de 21 años, uno de 11 y el de 9 años de edad.
Aunque la violencia doméstica marcó sus años de relación con su más reciente pareja, la mujer nunca tuvo la valentía de irse de casa, ya que tenía la firme amenaza de que si se iba, él, Venegas, le quitaría la vida, al punto que se hizo miembro de una comunidad cristiana evangélica y utilizaba la religión como vía de escape.
Gustavo Delgado, ex esposo de la mujer, contó que el martes el hombre le propinó una golpiza a Yoleida cuando trataba de forzarla a mantener relaciones sexuales, tras lo cual ella lo denunció. Cree que ese fue el desencadenante del asesinato.
Este es el segundo asesinato de una mujer por motivos pasionales que ocurre en Caracas desde el sábado. Nataly Alejandra Blanco, de 25 años, fue estrangulada con un cable de luz, presuntamente a manos de su pareja.
La joven era secretaria de la línea de Taxiven en El Cafetal y vivía en el sector La Cruz, callejón Las Torres, en Petare. La mujer era madre soltera de un niño de 10 años que pasaba los fines de semana con su abuela paterna en Santa Terea del Tuy.
El lunes la abuela paterna del niño llamó a la madre de Nataly Blanco para decirle que su hija no había ido a buscar al pequeño como de costumbre para que fuera a clases el lunes. La mujer decidió ir a la casa el martes para ver qué sucedía con su hija, pero como no atendía y ya los vecinos percibían un olor putrefacto en los alrededores de la vivienda, llamaron a la policía.
El cadáver apuñalado y estrangulado con un cable de energía eléctrica yacía en el interior de la casa. Los residentes de la zona contaron que la muchacha llegó el viernes con un sujeto y no la vieron salir de nuevo.
Esa noche un vecino fue a buscarla y la mujer lo recibió, le ofreció de comer una arepa y le dijo que estaba su novio en el cuarto, pero cuando intentó presentarlos el presunto homicida se negó y nunca salió a la sala. El visitante se fue y no volvieron a verla con vida.
El homicida mató a la mujer y antes de marcharse, pasó doble seguro a la puerta, se llevó las llaves de la vivienda y el teléfono celular de la víctima. Presuntamente es un hombre joven, de contextura delgada que reside en El Valle.
AA