El instrumento Química y Mineralogía del rover ha comenzado a analizar la muestra para determinar su composición
El Curiosity, el rover de la NASA en Marte desde el pasado agosto, ha ingerido su primera muestra sólida del suelo marciano para analizarla en el laboratorio que transporta en su interior. El objetivo es conocer qué minerales contiene. Los responsables del vehículo explorador están muy pendientes del proceso, ya que resulta clave para el desarrollo de la misión, que durará dos años.
El instrumento Química y Mineralogía (CheMin) del rover ha comenzado a analizar la muestra para determinar su composición. «Estamos atravesando un umbral significativo para esta misión», ha reconocido el científico John Grotzinger, del Instituto de Tecnología de California en Pasadena. «Este instrumento nos ofrece un método para identificar minerales más preciso de los que antes hayamos utilizado en Marte: difracción de rayos X», explica. Identificar minerales con seguridad es muy importante para los científicos, ya que estos registran las condiciones ambientales en las que se forman y pueden decir mucho sobre la historia del planeta, si era húmeda y si puedo albergar vida alguna vez.
La muestra es una porción tamizada -tiene tanta materia como una aspirina infantil- de la tercera palada recogida por el Curiosity en un polvoriento parche de arena arrastrada por el viento llamado «Rocknest». El brazo robótico del rover entregó la muestra al embudo abierto de CheMin el pasado miércoles. Antes de esa muestra definitiva, el Curiosity había recogido otras dos que utilizó para limpiar sus «entrañas» de cualquier residuo transportado desde la Tierra.
El misterioso objeto brillante
Estos trabajos del rover se vieron afectados por varios pequeños trozos de material brillante de color claro hallados sobre el terreno. Una pieza de 1,3 centímetros de largo se observó el 7 de octubre. El equipo del rover pospuso el uso del brazo robótico durante dos días, mientras se investigaba su procedencia. Finalmente, se concluyó que era un desperdicio de la nave espacial que transportó al Curiosity hasta Marte. La NASA todavía estudia si esto afectará de alguna forma a la misión en el futuro.
Agencias