Diocles Vicente Campuzano Resabala, taxista de 28 años de edad, murió a consecuencia de un tiro que recibió en la cabeza a las 2:00 de la madrugada de ayer, en la avenida San Martín, adyacente al templo Pare de Sufrir. El joven fue despojado de una camioneta Toyota Samurai que un amigo que lo acompañaba le prestó para que manejara.
Campuzano terminó sus labores, a las 3:00 de la tarde como todos los días, debido a que prefería no prolongarse hasta más tarde por la inseguridad que azota a los conductores.
Luego de guardar su carro, el taxista salió con dos amigos y un hermano, pero cuando ya se iban para sus respectivos domicilios decidieron comprar unas cervezas para llevárselas.
Una vez hicieron la compra, Campuzano se sentó frente al volante mientras su hermano y sus dos amigos permanecían fuera del vehículo. En ese momento llegaron tres sujetos armados que le dieron el tiro, lo bajaron de la Samurai y se la llevaron. La camioneta fue hallada quemada en uno de los túneles de La Planicie horas después.
Su padre Dicles Campuzano, llegó al sitio desde El Junquito cuando le avisaron lo ocurrido y encontró el cadáver que estaba en el sitio. Ayer en la morgue, dijo que él varias veces ha estado al borde de la muerte y que también es taxista. Lo han asaltado y le han robado el dinero producto de su trabajo. “No vale la pena pedir justicia porque no la vemos por ningún lado. A uno se le quitan hasta las ganas de trabajar”, comentó.
Indicó que a él lo han robado hasta de día. Hace días una mujer que llevaba de pasajera le sacó a relucir una pistola. Su hijo vivía en El Guarataro y se ganaba la vida manejando.
AA