Michell León, de 24 años, chequeba las luces delanteras del automotor en la zona 5 del barrio José Félix Ribas, cuando aparecieron en la penumbra varios delincuentes que le dispararon para robarle su equipo Blackberry y la cartera
En la morgue de Bello Monte, Arturo León, padre del taxista dijo este domingo que su hijo ya tenía dos años laborando con el carro de noche y era padre de dos niños.
Ocho impactos de bala en diferentes partes del cuerpo, acabaron con la vida de Michell León, taxista de 24 años de edad que fue sorprendido por una banda de asaltantes, cuando se detuvo con su vehículo a verificar una falla en las luces delanteras del automotor. El crimen ocurrió en la zona 5 de José Féliz Rivas, a tan sólo una cuadra de la vivienda de la víctima.
León quien había dejado atrás su trabajo como mototaxista por la inseguridad que representaba y adquirió un carro con el que trabajaba, hacía carreras en la línea que cubría la ruta Petare-José Félix Ribas, pero de noche.
A las 7:00 de la noche del sábado, salió con su carro pero cuando se dio cuenta que las luces de los faros delanteros no prendían, se detuvo a un lado de la calle. El hombre bajó y estaba revisándolas, cuando aparecieron en la penumbra varios delincuentes que le dispararon para robarle su equipo Blackberry y cartera.
Un amigo que estaba por la zona, lo vio tirado y fue corriendo a llamar a su padre que estaba en una venta de discos compactos cerca del sitio. El hombre corrió a toda prisa en busca de su hijo y lo encontró malherido, lo subió al mismo carro y lo llevó al hospital Ana Pérez de León, pero ya había fallecido.
La madre del joven estaba fuera de casa, porque salió a misa. Al salir, fue a una charcutería cerca del sector y recibió la llamada para avisarle que su hijo estaba tiroteado en el hospital.
Arturo León, padre del taxista dijo que su hijo ya tenía dos años laborando con el carro de noche y era padre de dos niños. Sostuvo que el móvil del asesinato fue el robo, porque el muchacho no tenía problemas con nadie. “A él lo conocía todo el mundo y si tuviera problemas con alguien lo hubiese dicho”, contó.
Contó que muy cerca de donde mataron a su hijo, hay una carpa del Dibise que aparentemente “está de adorno” porque los funcionarios no actúan cuando ocurren estos crímenes. “Se meten su quince y último cuando es quincena porque saben que hay dinero en la calle”, expresó.