El mal estado de las vías de esta popular urbanización mantiene disgustados a estos vecinos, a lo que se suma el desborde de las aguas servidas durante los aguaceros
Desde hace 10 años vecinos de la urbanización Las Nereidas de Guatire, en el estado Miranda, esperan por el asfaltado de las calles donde las «troneras» se han convertido en el principal dolor de cabeza de estos mirandinos, pues los incesantes llamados de atención a las autoridades parecen ser inútiles.
¿Sin factibilidad?
A pesar de que el Consejo Comunal del lugar ha enviado cartas a la alcaldía del municipio Zamora, con el propósito de que este proyecto sea aprobado y puesto en práctica lo más rápido posible, esto no ha sido factible, queja a la que se suma el polvo que desmedidamente ingresa a las viviendas a toda hora. Así lo destacó Vidal Subero, vecino de ésta popular urbanización zamorana.
¿Y el consejo comunal?
A esta calamidad se suma el deterioro de las tuberías de aguas servidas, las que en momentos de lluvias colapsan totalmente provocando que las calles se inunden de lodo, mal olor y basura, tal como lo destacó Jesús Rivero, habitante del lugar, quien comentó que el consejo comunal del sector no emite respuestas ante estas problemáticas.
Por su parte, Zulay Galea hizo hincapié en las deficiencias que presenta el servicio del aseo en la comunidad, pues éste tarda más de nueve días en asistirlos, provocando que la basura se convierta en un vecino indeseable.
La basura en las casas
Galea destacó que deben dejar la basura dentro de las casas, mientras el aseo atiende la comunidad, pues los animales destrozan las bolsas, lo que provoca que las moscas y fétidos olores se apoderen de cada rincón de la urbanización.
De igual modo, enfatizó que las grandes cantidades de gusanos invaden sus hogares, por lo que deben sacarla al cabo de unos días, ya que temen contraer alguna infección.
Estos vecinos aprovecharon la oportunidad para hacer un llamado a las autoridades encargadas de los proyectos de índole municipal a que tomen en cuenta la situación de las tuberías, ya que el lodo y el agua sucia invade sus hogares en temporadas de lluvias, tornándose «cuesta arriba poder ingresar a sus viviendas».
Al mismo tiempo instaron a los encargados del servicio del aseo a que sean responsables con la atención del mismo a las comunidades, ya que las más de 300 familias de la urbanización se ven perturbadas por las moscas y el fétido olor.
Dignora Zea Fernández
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