Luego del brutal asesinato recientemente perpetuado en este lugar del municipio Sucre, muchos son los hechos irregulares ocurridos en la zona han ido salido a la luz. Robos, atracos y hasta homicidios, según afirman algunos vecinos, ocurren en este sector
“En un momento se está bien, en el otro, no se sabe”, tal como ocurrió la noche del pasado martes, cuando el cuerpo sin vida de José Luis Rea Torres de 37 años de edad, quien laboraba como chofer de distribución de las empresas Polar, quedó tendido en plena vía pública de la Calle 4 de La Urbina del municipio Sucre.
Su muerte fue ocasionada por un brutal ataque al ser presuntamente asaltado, pues presentaba varias heridas punzopenetrantes, más una lesión en la cabeza -al parecer ocasionada con un bate- la cual lo dejó sin signos vitales, y por supuesto, fue despojado de sus pertenecías.
El lamentable hecho ocurrió cuando el ahora occiso, después de terminar su jornada laboral, se dirigía a tomar un colectivo para regresar a su hogar en el barrio San José de Petare; donde supuestamente fue interceptado por unos indigentes, quienes no dudaron en matarlo a cambio de los pocos objetos de valor que poseía.
“De mal en peor”
Este suceso alarmó a la comunidad, usualmente tranquila, que reside y trabaja en esta zona del Este caraqueño; aunque de la misma forma, algunos aseguraron que ya se habían ido presentando algunas irregularidades que los mantenían en alerta ante cualquier eventualidad.
Un hombre que ejerce como vigilante en una de las industrias del sector, cuya identidad prefirió resguardar, comentó que en los ochos años que tiene en el puesto, se ha percatado como la inseguridad ha ido creciendo progresivamente, a tal punto que opta por resguardarse cada vez que ve acercarse a sujetos motorizados que le parecen sospechosos.
“Aquí la cosa ya está mala, pero va para peor. Antes era relativamente tranquilo puesto que como las edificaciones cercanas son mayormente industrias no pasa mucha gente por las calles, pero eso dejó de ser impedimento para los choros. Ahora como andan en motos a sus anchas, someten a la gente, le quitan lo poco que tienen y se van como si nada, como le pasó a una chama el otro día en la esquina. ¿Y mientras tanto la policía? Bien gracias”, relató.
Patrullaje insuficiente
Por su parte Marcos Quintero, vecino de la calle, relató que aunque los funcionarios de Polisucre eventualmente hacen patrullaje en el lugar, lo considera insuficiente para evitar la inseguridad, pues los malhechores están atentos a toda hora “y no sólo cuando pasa un policía”.
“Es demasiado esperar que un ladrón ataque justo al momento que pasa un funcionario, no podemos dejar nuestra seguridad a merced de la casualidad y el azar. La solución es que implementen un modulo fijo, para así poder contar con la ayuda rápida y eficaz cuando se le necesite”, expresó el residente.
Caminería del terror
Muchos concordaron que otro de los problemas es una antigua caminería que hay al borde de la calle que linda con un río de aguas servidas, el cual se ha convertido en guarida y habitad de indigentes. Extraoficialmente se conoció que en el sitio, estas personas consumen drogas y se prostituyen. Y a pensar que han sido desalojadas en diversas ocasiones, siempre vuelven.
“Sólo al caminar por ahí se puede percatar que hay ropas tiradas y pequeños trozos de papel aluminio donde es envuelta ‘la piedra’. Hay quienes consideran que ellos son inofensivos pero no, son capaces de mucho si es para conseguir droga; sin embargo la gente le sigue dando ropas y comida, así nunca se van a ir, muy por el contrario no van a poder sacarlos”, expresó la fuente.
El Consejo Comunal La Urbina, en una oportunidad decidió arreglar este pasaje y convertirlo en una especie de boulevard para que los vecinos pudiesen bajar a sus mascotas, hacer ejercicios, caminar, entre otras cosas; pero el proyecto fue abandonada poco después tras diferencias entre la comitiva encargada del plan.
Ahora está completamente abandonado, el monte ha crecido a tal punto que ya no se ve si hay alguien transitando o no, la basura está desbordante y existen excrementos humanos en varias partes de la acera. Es por ellos, que muchos alegan que una solución inmediata es cerrar todos los accesos a este lugar “que sólo da cabida a la proliferación de la inseguridad”.
“La oscuridad
es una amenaza”
Al caer la noche, la Calle 4 de La Urbina se convierte en “una boca de lobo”, pues la oscuridad hace que más de uno transite “a ciegas y con el rezo en la boca”, temerarios de llevarse una sorpresa a la vuelta de la esquina. Esta situación, según explican algunos vecinos, se convierte en un escenario ideal para delinquir, arriesgando la seguridad de muchas personas que deber pasar por la zona para dirigirse a las diferentes paradas de transporte que se encuentras en el lugar, siendo una de ellas del servicio de Metrobús.
Llamado a las autoridades
Los habitantes de la Calle 4 de La Urbina, hicieron un llamado a las autoridades competentes fin de que brinden un servicio de seguridad permanente en la zona, donde han sido cometidos diferentes hechos delictivos en los últimos días.
“Ya mataron a un señor la semana pasada, que por lo visto era un trabajador y no ningún malandro como son la mayoría, y no hemos visto ningún cambio últimamente. ¿Van a esperar que esto se convierta en algo incontrolable para intervenir?, en ese momento ya será demasiado tarde”, manifestó una vecina.
Anabel Barrios Díaz
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