La afectación «en ningún momento sería causa de mi muerte», dijo en un comunicado Angelino Garzón, de 65 años, quien en 2010 se sometió a una operación a corazón abierto y en junio pasado sufrió un accidente cerebrovascular del cual se recupera
En esta foto de archivo del 20 de mayo de 2010, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, derecha, y el vicepresidente Angelino Garzón, izquierda, se abrazan la noche de la elección en Bogotá.
BOGOTA. El vicepresidente colombiano Angelino Garzón tiene un tumor microscópico canceroso no agresivo en la próstata, reveló el lunes el funcionario, y para su eliminación ha comenzado un tratamiento de sesiones de radioterapia.
Diversas enfermedades, más una reciente operación a la que fue sometida su esposa Monserrat Muñoz, hicieron que por primera vez el funcionario pareciera abrir la puerta a dejar su cargo, desde el cual ayudó al presidente Juan Manuel Santos en los primeros meses de gobierno a solucionar conflictos laborales con transportistas y obreros petroleros de uno de los principales yacimientos de crudo del país.
El tumor «en ningún momento sería causa de mi muerte», dijo en un comunicado Garzón, de 65 años, quien en 2010 se sometió a una operación a corazón abierto y en junio pasado sufrió un accidente cerebrovascular del cual se recupera.
El vicepresidente señaló que durante el proceso de recuperación motriz, debido a su accidente cerebrovascular, los médicos le informaron del hallazgo cancerígeno.
El presidente Santos, de 61 años, fue operado exitosamente el 3 de octubre de un tumor cancerígeno no agresivo en la próstata, según han dicho sus médicos.
Garzón indicó que ya comenzó un tratamiento de radioterapia en el Hospital San Ignacio de la Universidad Javeriana, en Bogotá.
El doctor Julio César Castellanos, director del Hospital San Ignacio, dijo en entrevista telefónica que el tumor le fue detectado en junio pasado y que comenzó su tratamiento de radioterapia el jueves 18 de octubre.
«El tratamiento al vice se hará todos los días hábiles de la semana durante 39 días», dijo. Alegando razones del secreto profesional declinó decir el tamaño exacto del tumor o las razones por las cuales no informó antes, aunque en junio Garzón estaba recién atravesando su episodio del accidente cerebro vascular.
El presidente de la Cámara de Representantes, Augusto Posada, del oficialista Partido de la U (Partido Social de Unidad Nacional), dijo que sólo corresponde al vicepresidente considerar si presenta o no su renuncia. «Si él considera que debe presentar la renuncia, el Congreso procederá a nombrarle un reemplazo…la decisión de tomar (hacerse) los chequeos médicos oficiales (para determinar si es competente o no) o su renuncia está en manos de él», agregó Posada en diálogo telefónico.
«El próximo 29 de octubre cumplo 66 años, y a esta altura de mi vida, insisto, no me puedo aferrar al cargo de vicepresidente y menos enamorarme del mismo. En tal sentido, soy plenamente consciente que debo dejar en manos de la Constitución y de la ley todo lo relacionado con el presente y futuro del vicepresidente de Colombia», agregó Garzón, sin decir claramente si renunciaría al cargo o es una decisión que dejaría en manos del Congreso, por ejemplo.
Debido a las dudas sobre la total recuperación de Garzón —un ex sindicalista que ha pasado por varios corrientes políticas— o sobre si podrá desempeñar su acostumbrada agenda oficial, algunos legisladores han dicho que quizá debe considerarse la eliminación de la figura del vicepresidente, que fue reinstalada por la Constitución de 1991 y es un funcionario elegido por voto popular en la misma formula que el candidato a la primera magistratura.
El principal papel del vicepresidente colombiano es asesorar al jefe de Estado y cumplir las misiones que le delegue, tanto como suplir sus faltas temporales o absolutas. En caso de una renuncia o ausencia del vicepresidente, un nuevo funcionario es elegido por el Congreso para lo que reste del cuatrienio de gobierno.
«Quiero manifestar que no nací en el poder ni siendo vicepresidente, y menos pretendo aferrarme a ellos. Lo que me ha estado pasando en materia de salud, junto con la cirugía a la que fue sometida mi esposa recientemente para extirparle un cáncer y un riñón, ha sido una etapa muy dura que me ha tocado vivir y que no se la deseo a ninguna persona ni a ninguno de mis contradictores políticos», dijo Garzón.
Santos no comentó de inmediato el pronunciamiento de su vicepresidente.
El director científico de la Liga Colombiana contra el Cáncer, Carlos Castro, dijo en entrevista telefónica que la referencia a un tumor microscópico se refiere a que es diminuto aunque no precisó centímetros, y que el tratamiento de 39 sesiones «es el tratamiento estándar aquí, en Nueva York o Londres».
«Sus posibilidades (de recuperación) son altas», aseguró.
Consultado sobre las razones para no operar a Garzón y extraer el tumor, como fue en el caso del presidente Santos, el médico Castro dijo que aunque «no he participado en la decisión terapéutica del vicepresidente, obviamente… asumo que por los otros problemas médicos que tiene el vicepresidente, lo hacen un paciente no óptimo para someterlo a una cirugía, y en ese caso la radioterapia es una muy buena opción, con menos posibilidades de complicaciones que una cirugía».