«Es una decisión que uno debe tomar con cabeza fría, con frialdad, (porque) no es fácil de tomarla», dijo el alto funcionario a los periodistas a las afueras del hospital San Ignacio de Bogotá
BOGOTA. El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, en tratamiento por un cáncer de próstata, alimentó este miércoles la incertidumbre sobre su permanencia en el cargo, después de que el presidente Juan Manuel Santos afirmara que respetara cualquier decisión que tome.
«Es una decisión que uno debe tomar con cabeza fría, con frialdad, (porque) no es fácil de tomarla», dijo Garzón a los periodistas a las afueras del hospital San Ignacio de Bogotá.
En este centro médico el vicepresidente, de 66 años y que desde que asumió el cargo, en agosto de 2010 ha sufrido también un problema de corazón que obligó a operarle y una isquemia cerebral, fue sometido hoy a la séptima de las 39 sesiones de radioterapia que le han sido recomendadas por el médico que le atiende.
Según anunció el pasado lunes, los médicos le detectaron «un tumor microscópico canceroso no agresivo a la próstata», que no pone en peligro su vida.
Santos, que fue operado con éxito el pasado 3 de octubre de un tumor canceroso en la próstata, su esposa, María Clemencia Rodríguez, y el secretario privado de la Presidencia, Juan Carlos Mira visitaron a Garzón este martes.
Horas antes, el vicepresidente había anunciado públicamente que contemplaba la posibilidad de renunciar al cargo y que tomaría la decisión si el presidente o el Congreso se lo pedían.
Sin embargo, Santos dijo este martes que es Garzón quien debe tomar la decisión y que cualquiera que sea tendrá su «total y absoluto respaldo».
Las palabras de Santos, los ministros y altos funcionarios del Estado «a uno lo alientan a seguir adelante», expresó hoy Garzón a los periodistas en el Hospital San Ignacio de Bogotá.
Garzón señaló que su prioridad ahora es su recuperación y la de su esposa, Monserrat Muñoz, operada recientemente de un cáncer de riñón.