Víctor José Salas Sáez, de 45 años de edad y su hijo de crianza, Hendry Torrealba Palma, de 30 años de edad, fueron ultimados a tiros por delincuentes que este domingo los despojaron de sus pertenencias en el oeste de Caracas. Las víctimas estaban de visita en la capital, procedentes de Maturín, estado Monagas y murieron cuando recibían atención médica en el hospital de Lídice.
Padre e hijo tripulaban un carro Toyota Yaris de color blanco que pertenecía a Salas. Además del vehículo que fue abandonado más tarde en otro punto de la ciudad, les robaron sus teléfonos celulares, dinero en efectivo, carteras y otros objetos de valor.
Hendry Torrealba Palma, de 30 años de edad; y su padrastro llegaron de Maturín la semana pasada para visitar a unos familiares de Víctor Salas que viven en La Guaira, estado Vargas y que frecuentaban cada mes y medio.
En maturín Salas tiene una finca con ganado vacuno y porcino, además de otros animales. Se ganaban la vida practicando la ganadería y con el trabajo de la tierra para el cultivo. Solían venir a Caracas de paso hacia el estado Vargas, compartían con su familia y quienes los vieron vivos por última vez el domingo.
Los dos hombres salieron en el carro hacia un centro comercial en Caracas que no especificaron. A las 10:00 de la noche de ese día, los familiares recibieron una llamada que les indicaban que ambos estaban heridos en el Hospital de Lídice, pero cuando llegaron estaban muertos. Cada uno tenía de 2 a 3 disparos y el carro no aparecía.
Jhonny González, tío materno de Hendry Torrealba, dijo que su sobrino laboraba con su padre de crianza, Victor Salas, quien era dueño de la finca que adquirió hace aproximadamente 15 años. Su sobrino era padre de dos niños y el segundo de 5 hermanos.
Con respecto al tema de la inseguridad manifestó que. “Esto se lo llevó quien lo trajo. Va a llegar el momento en que uno no va salir de su casa. Es la vida de un venezolano en riesgo, sea ministro, funcionario o quien sea”
Los cadáveres fueron llevados a la morgue, el domingo en la noche, pero los entregaron el miércoles en la tarde alegando que esperaban la necrodactilia del Saime, porque ninguno estaba identificado. El cuerpo de Salas Sáez se descompuso porque estuvo en una cava sin refrigeración. Los velaron y sepultaron ayer en el Cementerio del Este. Las víctimas fueron parte de los 400 cadáveres que han sido llevados a la medicatura forense de Caracas en octubre, según trascendió extraoficialmente.
AA.