A 200 metros aproximadamente del Santuario de la Virgen de Betania está uno de los deslizamientos más peligrosos que ha dejado al descubierto un tubo matriz de agua potable
Huecos, zanjas, hundimientos, fallas de borde, falta de señalización, demarcación e iluminación, son algunas de las vicisitudes que marcan el viaje de los usuarios de la carretera nacional Cúa-San Casimiro, lo que evidentemente pone en riesgo la vida de estas personas.
Jairo Ramírez, conductor de una unidad de pasajeros de la ruta Cúa-San Casimiro, señaló que el deterioro de la vía ha sido progresivo debido a la falta de mantenimiento por parte de los entes gubernamentales.
“Nosotros bajamos y subimos tres y cuatro veces al día y ya conocemos donde están las fallas de borde, los huecos y los tramos más malos pero hay usuarios que en muchos casos pasan por esta arteria vial por primera vez y se topan con las troneras que los han dejado varados”, dijo.
Maleza y basura
Ramírez acotó que en horas de la noche el viaje se complica más debido a la falta de señalización, demarcación e iluminación, lo que se dificulta aún más con el crecimiento de la maleza que en algunos tramos “invade” el canal vial.
El declarante también solicitó que sean demarcadas las paradas de pasajeros y las zonas peatonales en los diferentes sectores de esta extensa ruta que comunica a los Valles del Tuy con Los Llanos del país.
“Nosotros estamos exigiendo que por lo menos se haga un rayado y se coloquen ojos de gatos porque esto nos ayuda a transitar con facilidad y así no arriesgamos nuestras vidas y la de los pasajeros”, expresó.
Asimismo el profesional del volante señaló que las pocas cunetas que existen a los lados de la vía están tapiadas de tierra y de basura y cuando llueve el agua se desborda, lo que deteriora aún más el asfalto.
Cerca del Santuario de Betania
Uno de los deslizamientos más peligrosos está a 200 metros aproximadamente del Santuario de la virgen de Betania en la jurisdicción del municipio Urdaneta; zona donde además quedó al descubierto un tubo matriz de agua potable.
Los comerciantes de la zona señalaron que esta situación pone en riesgo la vida de las personas que acuden al lugar religioso de la región del Tuy.
“Este tramo se está hundiendo desde hace tres meses y lo único que hicieron las autoridades fue colocar un pipote con tierra y demarcar una raya amarrilla”, comentó Rafael Nieto, vendedor de cochino frito.
MIP-TUY Agencia/Jean Carlos Rodríguez
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