NUEVA YORK. Un día después de que el huracán Sandy azotara la ciudad de Nueva York algunos hispanos en el este de Harlem y sur de Manhattan amanecieron aun sin luz y agua, la comunidad mexicana evaluaba los daños en Staten Island y decenas de ciudadanos de origen latinoamericano en la metrópoli y los alrededores buscaban cómo proseguir con sus vidas tras el desastre.
La policía de la ciudad de Nueva York continuó el miércoles con la identificación de las víctimas mortales de la zona urbana, entre las que de momento no se encontraban hispanos, aunque eso podría cambiar en las próximas horas.
Fuera de la ciudad, las autoridades locales confirmaron a The Associated Press que la muerte de un ciudadano chileno el domingo por la noche, en Stamford, Connecticut, no fue provocada por el huracán sino que se trató de un suicidio.
Por otro lado, el guatemalteco Isaías Moisés López Solís, de 19 años, murió en un accidente automovilístico provocado por las fuertes lluvias, cerca de Lynn, Massachusetts, según varios reportes.
Ramona Brito, una dominicana de 45 años que vive en la zona este de Manhattan, dijo que se sentía nerviosa porque lleva sin agua ni luz desde el lunes y, al no haber escuelas abiertas, tiene que dejar a sus hijos con familiares para poder ir a trabajar.
En el condado de Staten Island, donde vive una numerosa comunidad mexicana, decenas de inmigrantes comenzaron a evaluar los daños que la tormenta provocó en sus casas. Gonzalo Mercado, director ejecutivo del Centro del Inmigrante en la zona, dijo que aun se desconocía el nivel de gravedad de la situación aunque probablemente los mexicanos de zonas de South Beach o Midland Beach en la isla cercana a Manhattan habrían quedado seriamente afectados.
«Vamos a formar una brigada de voluntarios para ayudar en actividades de limpieza y reconstrucción», dijo Mercado, quien el miércoles exploraba el condado junto a funcionarios del consulado mexicano para analizar los daños. El grupo tuvo problemas para encontrar gasolina en la zona, explicó.
Por primera vez en varios días el sol iluminó Nueva York, donde las calles volvieron a llenarse y el nivel de tráfico era mayor del usual, debido a la paralización del transporte público que poco a poco se reinstauraba en la ciudad.
El azote del huracán dejó 61 muertos en el noreste de Estados Unidos y millones de dólares en daños. Unos 6,5 millones de viviendas y negocios carecían todavía de energía eléctrica, incluidos 4 millones en Nueva York y Nueva Jersey. Las autoridades locales insistieron en que faltan días para recuperar la actividad normal de la región, a medida que Sandy avanza hacia Canadá.
Aníbal Rodríguez, un puertorriqueño de 46 años, dijo que llevaba dos días sin agua y luz y que su edificio en East Harlem, más conocido como El Barrio, en Manhattan, estuvo rodeado de dos pies de agua el martes.
Zonas de otros barrios hispanos, como East Elmhurst, en Queens, tampoco contaban con electricidad el miércoles por la mañana. El cónsul mexicano en Nueva York, Carlos Sada, dijo que los reportes que ha recibido hasta ahora son de mexicanos que han perdido sus propiedades en zonas de Staten Island y Long Island, a las afueras de la ciudad.
«Podemos aconsejarles, informarles de instancias del gobierno que están a su disposición», dijo Sada a la AP, tras explicar que el consulado está en constante comunicación con organizaciones de ayuda en la zona.