Después de alimentar una falsa sensación de prosperidad para las elecciones del 7 de octubre, el presidente venezolano Hugo Chávez no tendrá más alternativa que devaluar al bolívar en un tercio de su valor y darle un fuerte tirón al cinturón de las finanzas públicas para encarar un gigantesco déficit fiscal que varios economistas ubican en casi 20 puntos del Producto Interno Bruto (PIB).
Analistas consultados advirtieron que el déficit fiscal ha alcanzado tal magnitud en Venezuela que es inevitable la aplicación de un paquete de ajustes, aún cuando éste dejaría al país petrolero sin crecimiento económico por dos años y mantendría la tasa de inflación en un rango de entre 20 y 30 por ciento.
Las medidas también pondrían fin a las esperanzas de que el líder de la Revolución Bolivariana cumpla con losmúltiples compromisos que adquirió durante su campaña presidencial, incluyendo la promesa de construir tres millones de casas en seis años como parte de su Misión Viviendas.
“El gobierno tiene fundamentalmente un gasto público que creció desproporcionadamente por razón de la campaña presidencial […] Es un nivel de gasto que es imposible de sostener en el tiempo”, dijo Ricardo Villasmil, profesor de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello y del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
“Para que su déficit pueda ser financiable, el gobierno va a tener que reducirlo a través de una devaluación y de un recorte del gasto público. Tendrá que efectuar una combinación de ambos y eso significa una reducción de su programa de viviendas y todos estos programas de transferencia que se incrementaron durante la campaña electoral”, añadió.
Chávez, quien obtuvo el 7 de octubre un nuevo mandato presidencial de seis años, venía arrastrando un significativo déficit fiscal desde el año anterior, pero el crecimiento de la brecha se aceleró dramáticamente en los meses previos a los comicios, siendo evaluado por firmas internacionales en un 19.5 por ciento del PIB.
Para el economista Ignacio De León, el desmesurado crecimiento del déficit tiene una sola razón.
“Se quería generar una sensación de bonanza, donde en realidad no hay una bonanza, porque es una bonanza artificiosamente creada por medios de la inyección fiscal, de recursos a la economía, a través de las misiones [como se denominan los programas sociales de Chávez], a través de los distintos mecanismos que dispone el gobierno”, comentó De León.
“Eso ha dado una sensación de crecimiento de la economía venezolana. El problema es que para el año que viene eso se va a ser insostenible y esa es la razón por la que el gobierno tiene que devaluar la moneda, para poder generar los bolívares que necesita para poder sufragar toda la deuda que ha ido generando ese incremento del gasto público”, explicó.
Según estimaciones de la firma Barclays Capital, el tipo de cambio oficial fijado a través de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) pasaría desde los actuales 4.3 bolívares por dólar a 6.50 bolívares por unidad, mientras que la tasa de 5.30 que fija el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (SITME) pasaría a 7.8 bolívares.