GINEBRA. Un vídeo que parece mostrar a rebeldes sirios matando a unos soldados que se habían rendido constituye probablemente un crimen de guerra que debería ser perseguido, dijo el viernes la oficina de derechos humanos de la ONU.
El perturbador incidente parece ser la última atrocidad cometida por combatientes de la oposición que tratan de derrocar al presidente Bashar el Asad, dijo Rupert Colville, portavoz de derechos de la ONU.
«Será estudiado cuidadosamente», declaró Colville en una rueda de prensa en Ginebra, en la que dijo que podría ser difícil identificar a los autores y el lugar en el que fueron grabadas las imágenes.
«Pero las acusaciones son que estos eran soldados que ya no eran combatientes. Y por tanto, en este punto parece muy probable que esto sea un crimen de guerra, otro», afirmó.
La grabación, que han mostrado medios de comunicación de todo el mundo, supone otro revés para la imagen de los rebeldes y un motivo de sonrojo para sus simpatizantes extranjeros.
Rebeldes antigubernamentales mataron el jueves a 28 soldados en ataques contra tres puestos de control cerca de Saraqeb, una localidad en la principal autopista que recorre el país de norte a sur, dijo un grupo de seguimiento de la guerra.
Algunos de los muertos fueron asesinados después de rendirse, según se puede ver en el vídeo. Los rebeldes los insultaron, calificándolos de «perros de Asad», antes de disparar repetidamente sobre sus cuerpos cuando estaban en el suelo.
«Desgraciadamente, esto podría ser simplemente la última de una serie de ejecuciones sumarias documentadas cometidas por facciones de la oposición, así como por fuerzas gubernamentales y grupos afiliados a ellas, como los ‘shabbiha’ (milicias progubernamentes)», declaró Colville.
«Hace un año, los informes de excesos y atrocidades por parte de la oposición eran pocos y separados en el tiempo. Pero hacia finales del año pasado y cada vez más durante 2012, hemos visto ocurrir acontecimientos como este».
Investigación
Se calcula que más de 32.000 personas han muerto desde que en primavera del año pasado comenzaron las primeras manifestaciones pacíficas contra Asad, que luego degeneraron en una guerra civil abierta.
Investigadores de la ONU dirigidos por el brasileño Paulo Pinheiro han reunido pruebas y testimonios sobre atrocidades cometidas por tropas gubernamentales, así como por rebeldes armados en estos 19 meses.
En su último informe en agosto, dijeron que las tropas de Asad y las milicias aliadas han cometido crímenes de guerra, entre ellos el asesinato y la tortura de civiles, en lo que parece ser una política con dirección estatal.
La delegación ya ha elaborado una lista confidencial de sospechosos para su futuro enjuiciamiento por un tribunal internacional o sirio, si fuera posible.
«No debería haber demasiadas ilusiones de que vaya a haber una responsabilidad», afirmó Colville que volvió a pedir a ambos bandos que respeten el derecho internacional humanitario y las leyes de la guerra.
Agencias