Las escuelas de la ciudad de Nueva York abrieron hoy sus puertas, una semana después del huracán «Sandy», mientras nuevos segmentos de la red de metro volvieron a rodar y la electricidad vuelve a más hogares.
Sin embargo, 65 de los más de 1.100 establecimientos escolares públicos de la ciudad no han podido retomar la actividad debido a los daños que sufrieron por el huracán o porque todavía se usan como albergues o como centros de almacenamiento de ayuda para los afectados.
«No quiero volver a la escuela», rezongaba esta mañana un alumno de cuarto de primaria camino del colegio público 198 en Manhattan, poco contento del final de su semana de vacaciones improvisadas, mientras que otros se mostraban mucho más contentos de volver a encontrarse con sus amigos.
El metro reabrió también hoy al tráfico nuevos tramos de su red, aunque todavía hay 4 de las 23 líneas que no funcionan parcial o totalmente.
La electricidad también se recupera progresivamente, y esta mañana se había pasado ya bajo la barrera de los 100.000 abonados sin corriente eléctrica, frente a los 660.000 que habían perdido el servicio inicialmente tras la tormenta.
Otra cuestión que ha mejorado también es el suministro de gasolina, ya que la escasez se está solucionando tras las medidas tomadas en los últimos días por las autoridades.
Sin embargo, todo eso no impide que siga habiendo problemas. Michelle Sánchez, una habitante de West Hempstead (Long Island, en las afueras de Nueva York), pasó este domingo un total de nueve horas de espera en dos estaciones de servicio hasta que por fin pudo llevar el tanque de su automóvil.
EFE