SANTIAGO DE CHILE. La renuncia de los ministros Laurence Golborne y Andrés Allamand del gobierno en Chile precipitó la carrera presidencial para los comicios de noviembre de 2013, en el que la oposición de centro-izquierda tendría mejor opción de postularse la exmandataria Michelle Bachelet.
Piñera realizó la noche del lunes su cuarto ajuste ministerial, con cambios en cinco carteras, entre ellas el jefe de Gabinete, Rodrigo Hinzpeter, nombrado ahora ministro de Defensa, y quien a su vez será reemplazado por el ex vocero oficial y primo del mandatario, Andrés Chadwick.
Salieron además del gabinete Laurence Golborne, un ingeniero de 50 años, que encabezaba el ministerio de Obras Públicas, y Andrés Allamand, abogado y experimentado político liberal de 56 años, quien estaba a la cabeza del ministerio de Defensa.
«Con este cambio de gabinete Chile se presidencializa, se enfoca todo en las elecciones de noviembre de 2013», dijo a la AFP el politólogo de la Universidad de Chile, Ricardo Israel.
Golborne y Allamand cimentaron su popularidad al frente de sus respectivas carteras. El cargo -un puesto usual de ascenso en la política chilena- les permitía mantenerse en la primera línea de los medios de comunicación, donde eran llamados desde hace meses «ministros presidenciables».
Esa doble condición hacía entonces insostenible su permanencia en el gabinete, más aún tras la derrota que sufrió el oficialismo en las elecciones municipales del 28 de octubre, cuando perdió más de 20 alcaldías a manos de la centro-izquierda.
«El cambio de gabinete era imposible de evitar, porque el tiempo que tiene la derecha para posicionar uno o dos candidatos con posibilidades es muy complejo», dijo a la AFP el analista de la Universidad de Santiago, Marcelo Mella.
«Los niveles de adhesión que tiene el gobierno muestran que un año es el plazo mínimo para levantar un liderazgo competitivo frente a la carta más probable de la oposición, que es la expresidenta Bachelet», agregó.
Con una popularidad a la baja, en niveles del 30%, Piñera enfrenta la recta final de su mandato con la presión de cerrar de la mejor manera su gobierno y posicionar un candidato que le pueda competir a Bachelet, que encabeza los sondeos con adhesiones entre 40% y 50%.
La exmandataria, impedida de pelear la reelección inmediata frente a Piñera en 2010, está radicada desde hace dos años en Nueva York, a la cabeza de la agencia ONU-Mujer, y si bien aún mantiene reserva sobre su futuro político, casi no hay dudas de que finalmente se postulará.
«(Piñera) tenía que reaccionar de alguna manera a la derrota electoral de las municipales, y sacarse el tema electoral del Gobierno, para que se pueda concentrar en sus objetivos y generar ya la visión de cómo va a enfrentar su último año de gobierno», dijo a la AFP el politólogo de la Universidad de Chile, Guillermo Holzmann.
«Lo que hizo el presidente Piñera fue jugarse por su sucesor, ya que en Chile se consideraría una derrota si Piñera no le entrega el poder al candidato de su preferencia», señaló de su lado Israel.
La victoria opositora en las municipales habría zanjado las eventuales dudas de Bachelet, que ese día se comunicó telefónicamente con varios de los triunfadores, demostrando que siguió muy de cerca la elección. Sus cercanos esperan un pronunciamiento definitivo a más tardar en marzo del próximo año.
Tras dejar el gabinete, Golborne y Allamand se abocarán ahora de lleno a sus respectivas campañas, de cara a las primarias que definirían al candidato único del oficialismo.
Ahora «deberán a salir a las calles para lograr el voto del elector y asegurar el voto de la ciudadanía y los indecisos», dijo Israel.
AFP